Security personnel carry a rescued young person from the forest in Shakahola, outside the coastal town of Malindi, on April 23, 2023. - Twenty-one bodies have been exhumed in Kenya while investigating a cult whose followers are believed to have starved themselves to death, police sources said on April 22, 2023, warning the toll could rise. (Photo by Yasuyoshi CHIBA / AFP)

El terrible descubrimiento ha conmocionado a toda la nación y el presidente William Ruto prometió tomar medidas contundentes contra aquellos que “utilizan la religión para promover sus actos atroces”.

El macabro recuento de víctimas continúa en el bosque de Shakahola, en el este de Kenia, donde se hallaron este martes otros 16 cadáveres de miembros de una secta que promovía el ayuno extremo para “conocer a Jesús”, llevando el total a 89 muertos. 

Este balance, entre los cuales figuran niños, es provisional. Las autoridades siguen peinando un bosque de más de 300 hectáreas, cerca de la ciudad costera de Malindi, en busca de otras fosas comunes.

El terrible descubrimiento ha conmocionado a toda la nación y el presidente William Ruto prometió tomar medidas contundentes contra aquellos que “utilizan la religión para promover sus actos atroces”.

De visita en la zona de búsqueda, el ministro del Interior, Kithure Kindiki, advirtió que el balance de víctimas podría subir.

“No sabemos cuántas fosas comunes, cuántos cuerpos hallaremos”, dijo Kindiki.

Añadió que un 34 personas fueron halladas vivas en el bosque.

Kindini evocó la posibilidad de que se inculpe de “terrorismo” a Paul Mackenzie Nthenge, el “pastor” de la llamada Iglesia Internacional de la Buena Nueva (Good News International Church) que promovía el ayuno entre sus seguidores para “conocer a Jesús”.

Morgue llena

“La mayoría de cuerpos exhumados son de niños”, dijo a AFP un forense bajo condición de anonimato.

Según un investigador se encontraron fosas con hasta seis personas.

Frente a la llegada masiva de restos, la morgue del hospital local está llena, dijo Said Ali, responsable del establecimiento.

Añadió que tuvieron que pedir a la Cruz Roja que proporcionara contenedores refrigerados.

Los equipos siguen buscando sobrevivientes en una carrera contrarreloj.

“Cada día que pasa, hay muchas posibilidades de que mueran otras personas”, según Husein Jalid, director ejecutivo de la ONG Haki Africa, que alertó a la policía de las acciones del líder del grupo. 

“El horror que hemos visto en los últimos cuatro días es traumático. Nada te prepara para ver fosas poco profundas con niños dentro”, añadió.

Fallas

Según la Cruz Roja kienana, 212 personas han sido reportadas desaparecidas.

El ministro del Interior, Kithure Kindiki, tiene previsto ir a la zona de búsqueda este martes.

Muchos acusan a las autoridades policiales y judiciales de no haber actuado antes. Paul Mackenzie Nthenge ya había sido detenido en dos ocasiones, la última vez en marzo de este año, tras un caso en el que dos niños murieron de hambre.

Pero fue liberado tras pagar una fianza de alrededor 700 dólares.

Este taxista que se convirtió a “pastor” en 2003 se entregó a la policía la noche del 14 de abril y comparecerá ante un juez el 2 de mayo.

Este drama ha reavivado un debate sobre el control del culto religioso en Kenia, país predominantemente cristiano, donde los “pastores”, las “iglesias” y otros movimientos religiosos marginales son a menudo noticia.

Para el ministro del Interior esta masacre debería conducir “no sólo a un castigo más severo para el autor o los autores de atrocidades (…), sino también a una regulación más estricta de cada iglesia, mezquita, templo o sinagoga en el futuro”.