Nicaragua cerró este viernes una atípica campaña electoral, castrada por el arresto de siete posibles candidatos presidenciales de la oposición, con llamados a votar, por un lado, y a no salir a las calles y quedarse en casa, por otro, con la ausencia de observadores de la OEA y de la Unión Europea (UE), y la prohibición de ingresar a misiones periodísticas al país.

El gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) movilizó a sus bases, principalmente empleados públicos, en una jornada de visita casa a casa en la que pidieron a los nicaragüenses aptos para votar acudir el domingo a los centros de votación, según constató Efe.

En tanto, la oposición excluida de participar en las elecciones, los nicaragüenses en el exilio y la Asociación Madres de Abril que aglutina a familiares de las víctimas del estallido social de 2018, lanzaron sendas campañas desaconsejando votar bajo el argumento de que hacerlo sería legitimar a la “dictadura Ortega Murillo”.

Los opositores están utilizando las etiquetas #YoNoBotoMiVoto, #YoNoVoto o #NicaraguaNoVota, entre otros, con las que instan a los nicaragüenses a no salir de sus casas, mantener las puertas cerradas y las calles vacías, porque consideran que “no hay por quién votar”.