Guardias siguen en la direcciones de cada una las prisiones a pesar de la promesa de retirarlos para evitar corrupción.

Al problema de no encontrar los perfiles adecuados para nombrar a los directores de las 23 cárceles, debido a que nadie está dispuesto a someterse a los riesgos que conlleva, se suma la falta de fondos para contratar a los profesionales, mientras tanto, son los propios guardias quienes están a cargo de los penales.

Las amenazas de las mafias son una de las principales causas por las que ningún profesional con títulos académicos quiere dirigir una cárcel, según lo que han afirmado exdirectores de la Dirección General de Presidios. Entre los últimos hechos criminales en contra de autoridades presidiarias se cuenta el crimen de Edwin David Gonzáles, director de la cárcel de Matamoros, zona 1, caso por el cual no hay personas detenidas. 

En enero pasado, el ministro de Gobernación, Francisco Jimenez, reconoció que uno de los principales problemas que impiden retomar el control de las prisiones, es la corrupción en la que caen los mismos guardias, quienes hasta ahora ocupan los cargos de director de cada una de las prisiones.

El exdirector de presidios, Eddy Morales, ha reiterado que los custodios reciben sumas de dinero a cambio de permitir el ingreso de objetos prohibidos. Estos cargos los ocupan por un año y luego asume otro de los guardias que custodian la prisión, aunque no tienen un ingreso adicional, lo que promueve que se presten a actos ilícitos.

Ante esta situación, Jiménez afirmó que se comenzó un proceso para contratar a nuevos directores con perfiles de abogados y otras carreras a fin, como lo estipula el reglamento de presidios.

Desfinanciados

Sergio Samuel Humberto Vela López, director General del Sistema Penitenciario, afirmó que hasta ahora no han podido cubrir esos puestos debido a que no se cuenta con el presupuesto adecuado.

“Aún continuamos con el mismo esquema, lo que estamos haciendo son rotaciones. Las plazas están creadas, pero no hay presupuesto asignado para ellas, que es lo que estamos trabajando”, afirmó.

Sobre cuánto es el presupuesto que necesitan para costear el puesto de los directores, Vela López dijo que en el momento de la consulta no contaba con los datos y que proporcionaría la información más adelante.

Exdirectores y fuentes del Sistema Penitenciario, afirman que dejar a los guardias penitenciarios a cargo de los penales, significa continuar la cadena de corrupción y contubernios con los reos, que están dispuestos a pagar fuertes sumas de dinero a cambio de ingresar teléfonos para extorsionar y tener en sus celdas otras comodidades.

Por el momento, solo dos de las 23 cárceles del país tienen directores que llenan los requisitos establecidos por esa dependencia, afirmó el titular de la cartera del interior.

Requisitos

Entre los principales requisitos que exigen para dirigir un centro carcelario, están tener un título de abogado u otro relacionado con Criminología, así como conocimientos en legislación penitenciaria, redacción de informes, computación, y demostrar honestidad y actitudes morales.

Quienes han fungido como directores del Sistema Penitenciario han afirmado que la falta de garantías de seguridad y las condiciones laborales son los principales factores por los que ninguna persona quiere ser director de una cárcel.

Los exfuncionarios han dicho que de unos 20 aspirantes que acuden a las convocatorias por lo regular solo quedan cinco, que durarán seis meses en el puesto como promedio, al percatarse de los riesgos que conlleva el cargo y cuando son amenazados por las mafias que operan a lo interno de los penales.

Corinne Dedik, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), y quien ha investigado el sistema carcelario en Guatemala, expone que siempre ha sido difícil conseguir personas que quieran ocupar los cargos de dirección, y es la razón por la cual desde el 2015, los guardias ocupan las direcciones de los centros.

Problema histórico

Federico Reyes, consultor independiente en temas de seguridad, afirma que el problema presupuestario del Sistema Penitenciario viene desde hace dos gobiernos, ante la falta de voluntad para invertir en ese tema.

“Esto provoca que la oferta no llene las expectativas de la plaza que se ofrece y sobre todo la responsabilidad que contrae”, dice Reyes.

El experto sostiene que la formación jurídico legal es importante, aunque no exclusiva, puesto que la conformación de un equipo asesor de distintas especialidades que propongan soluciones a problemas de antaño, no son nuevos y no se han logrado los resultados esperados.

“La reingeniería del Sistema Penitenciario siempre ha sido un tema pendiente, lo cual es un gran desafío para cualquier gobierno, en especial del actual, la formación académica y los puntos de reinserción y rehabilitación”, puntualiza.

Sin resultados

A pesar de acciones tomadas por gobiernos anteriores para retomar el control de las cárceles , poco se sabe de los avances para cumplir con las normativas.

En septiembre del 2006 se aprobó la Ley del Régimen Penitenciario,la primera que regula la materia penitenciara en su conjunto. Dicha ley entró  en vigencia el 7 de abril del 2007. 

La normativa entre otros aspectos,  estipula la rehabilitación social de los reos y su reinserción a la sociedad. También establece la carrera penitenciara y la clasificación de reos en las cárceles de mínima, media y máxima seguridad. Sin embargo, ninguno de los puntos mencionados se han cumplido.

En 2014 también se elaboró una política pública en materia penitenciara, en la cual participaron expertos internacionales y se establecieron mesas de trabajo integradas por distintos sectores de la sociedad. La misma prometió un periodo de implementación de 10 años, entre 2014 y 2024.

Para este año el sistema penitenciario tiene asignado un presupuesto de Q647 millones.