No fueron las acusaciones ni un perjuicio a los valores de la familia real la razón por la que el duque de York fue despojado de todos los títulos.
El príncipe Andrés, hijo de la monarca británica Isabel II, ha renunciado a sus títulos militares y patrocinios reales luego de que fuera acusado de haber abusado sexualmente de una menor. No obstante, para él, abandonar la casa real resultará mucho menos traumático que para el príncipe Harry, opina el experto real Omid Scobie.
No fueron las acusaciones ni un perjuicio a los valores de la familia real la razón por la que el duque de York fue despojado de todos los títulos. En realidad, el escándalo supuso una amenaza para la marca Windsor y el negocio familiar, escribe Scobie en su columna para la revista i.
«Retirar a su hijo favorito del negocio familiar fue, sin duda, una decisión difícil para la reina», se muestra convencido el experto.
Scobie también compara el escándalo del príncipe Andrés con la decisión del príncipe Harry y su esposa, Meghan Markle, de «dar un paso atrás» como miembros de la familia real británica y mudarse a EEUU en enero de 2020.
Según el experto, «el cerco de protección» alrededor de Andrés —de hecho, un delincuente— genera cierta confusión, pues a diferencia del duque de York, Harry recibió una oleada de críticas, aunque «simplemente quería retirar a su familia de un ambiente tóxico».
En aquel entonces, en lugar de contar con el apoyo de su familia, Harry fue criticado públicamente, como si hubiera cometido un crimen. Y mientras que Harry y Meghan se vieron obligados a ganarse la vida, Andrés no perderá la oportunidad de vivir en el palacio de Windsor y tampoco se le privará de su equipo de seguridad que cuesta más de 400.000 dólares al año y se financia con cargo al presupuesto.
Y si bien será el propio Andrés quien pagará todos los costes judiciales, lo más probable es que lo haga con el dinero obtenido por la venta de la mansión de lujo en Suiza que había comprado no sin la ayuda de su madre.
«Es imposible negar los méritos de la reina», pero al seguir apoyando a su hijo entre bastidores, pone en peligro su legado, concluye Scoble.
En agosto, la activista Virginia Roberts Giuffre presentó una demanda civil ante una corte de Nueva York en la que acusó al príncipe Andrés de haberla violado cuando tenía apenas 17 años. La mujer contó que el príncipe fue «uno de los hombres poderosos a quien fue entregada» por el magnate Jeffrey Epstein para fines sexuales. Agregó que, si bien Andrés estaba al tanto de que era víctima de tráfico sexual, no le prestó ayuda.