La decisión de varios países de prohibir la entrada de ciudadanos sudafricanos tras el descubrimiento de una nueva variante del coronavirus, es “apresurada”, “injusta” y “desastrosa”, según los profesionales del turismo, que temen que estas decisiones tengan impacto en toda la economía.
“Es una reacción instintiva, prematura”, declaró a la AFP Richard de la Rey, responsable de reservas de animales y complejos hoteleros en el país, ante las actuales anulaciones en cascada. “No sabemos nada todavía de esta nueva variante pero ya se han puesto en lo peor”, se lamenta.
La variante B.1.1.529, llamada ómicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS), potencialmente muy contagiosa y con múltiples mutaciones, se detectó en Sudáfrica, como anunciaron el jueves los científicos, que desconocen aún la eficacia de las vacunas sobre esta mutación.
Ese mismo día, Londres comunicó la prohibición de los vuelos procedentes de seis países del África meridional. Y el viernes países como Italia, Alemania, Francia, Singapur o Estados Unidos adoptaron la misma medida.
La OMS recordó que desaconseja este tipo de medidas ya que prefieren un “enfoque científico, basado en los riesgos”. Sin que este llamamiento haya tenido mucho efecto.