Los miembros del grupo OPEP+ se reúnen el jueves para decidir los niveles de producción de petróleo para inicios de 2022, una ecuación compleja influida por el desafío de Estados Unidos que quiere bajar los precios y la aparición de ómicron, la nueva variante del coronavirus.

“Seguramente es una de las reuniones más importantes” de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y de sus aliados a través del acuerdo OPEP+ “desde el comienzo de la recuperación de demanda” tras el inicio de la pandemia, comenta a AFP Peter McNally, analista en Third Bridge.

En los últimos días hubo dos eventos de magnitud para ellos: “la liberación coordinada de reservas estratégicas de varios países consumidores y la emergencia repentina de la variante ómicron”, explica.

Tras haber presionado al grupo para que volviera a abrir el grifo, Estados Unidos, junto a China, India y Japón, anunciaron que recurrían a sus reservas estratégicas para reducir la escalada de precios del crudo.

Esta “gran iniciativa”, según el presidente estadounidense Joe Biden, liberará entre 65 y 80 millones de barriles según las estimaciones de analistas, 50 de ellos de Estados Unidos.

Aunque la maniobra no obtuvo el efecto esperado y los precios siguieron subiendo después, sí que lo consiguió la nueva variante del coronavirus: el viernes, la cotización del crudo cayó más del 10%, algo no visto desde abril 2020.