Los productores de azúcar finalizarán en mayo la generación eléctrica con biomasa y están a la expectativa de alguna convocatoria posterior por la emergencia que está vigente.
La zafra está por terminar y con ello, la generación de energía eléctrica con biomasa derivada de la caña de azúcar, por lo que los ingenios se están preparando para atender las semanas críticas que se registran cada año en el país mientras entra el invierno, aunque todavía no saben si serán convocados para generar por más tiempo por la emergencia declarada en el sistema eléctrico nacional.
De ser así, deberán generar a base de carbón, aspecto que no es su giro de negocio, lo que causa cierta incertidumbre. En todo caso, la capacidad de generación instalada de los ingenios es de 568 megavatios (MW) de potencia y representa alrededor de 2 mil gigavatios hora (GWh) de generación de energía en el año, según Jacqueline Hazbun Arias, directora ejecutiva de la Asociación de Cogeneradores Independientes de Guatemala (ACI).
La generación con biomasa el año pasado significó el 13% del total y en época de zafra este llega a ser el 30%, energía que se destina principalmente a los procesos de producción azucarera y el excedente se vende al Sistema Nacional Interconectado (SNI) para cubrir la demanda eléctrica del país.
Esa energía ingresa al sistema cuando disminuye la disponibilidad de generación hidroeléctrica por la época seca del país, ya que la temporada de cosecha inicia en noviembre y finaliza al cierre de abril o inicios de mayo del año siguiente.
Semanas críticas
El sector azucarero se declaró en alerta por una baja en la extracción de azúcar, debido al impacto del fenómeno El Niño que ha provocado un menor crecimiento de las plantaciones de caña; pero en el caso de la generación de energía, explica Hazbun, no es una relación directa ya que en algunos casos se ha comprobado que de esa falta de lluvia se ha producido bagazo con menor humedad, lo que favorece la combustión.
La preocupación se relaciona más con el sector eléctrico en general, que con los productores de biomasa o los cogeneradores en particular, porque normalmente, mientras va saliendo (la generación de energía con) la biomasa, va entrando el agua (por la llegada del invierno).
“En Guatemala se tiene ese salvavidas y casi no sentimos los efectos de la época seca porque tenemos ese combustible renovable que es altamente eficiente durante los meses secos”, dijo la ejecutiva.
Luego explicó que cuando hay un fenómeno de El Niño, como sucedió el año pasado y como está sucediendo actualmente, la lluvia no llega pronto, por lo que cuando finaliza la generación con biomasa y mientras llega el invierno, puede haber un poco de crisis en la parte de suministro porque todavía no se tiene el componente hídrico para generar con él.
“Entre el fin de la zafra y el inicio del invierno, cada año hay 3 semanas críticas, que regularmente son la última de abril y las primeras de mayo, aunque el período puede alargarse un poco más”.
Por lo pronto, se han pronosticado algunas lluvias a finales de abril, “lo cual será bueno para la generación de electricidad, pero de no ser así, como sucedió en el 2023, esas semanas críticas son las de máximo requerimiento de generación térmica y es cuando la salida de los ingenios empieza a sentirse notoriamente”.
Temporalidad y temores
En cuanto a cómo se preparan los ingenios después de esas semanas críticas para aportar más generación y de qué depende que puedan atender un posible llamado a generar, Hazbun expuso que, de acuerdo con la planificación de los ingenios, aún habrá zafra y por lo tanto, generación con biomasa de la caña.
La cosecha de la caña, producción de azúcar, energía renovable y alcohol culmina en las primeras semanas de mayo, pero según la disponibilidad de bagazo o biomasa, los ingenios podrían seguir generando energía durante algunos días posteriores al cierre de la zafra.
“Cuando concluye la producción de azúcar, algunos ingenios aún pueden inyectar energía al sistema nacional interconectado unos días más; pero por regulación, deben mantenerse disponibles en la época de no zafra y eso puede implicar que hagan requerimientos de producción de energía con otros combustibles, como el carbón.
“Esta situación se debe a que no existe una normativa específica para generación con biomasa, pero respecto de los requerimientos, cabe resaltar que los ingenios siempre darán cumplimiento a sus obligaciones legales”.