El ambicioso programa de Alejandro Giammattei, las Escuelas Bicentenario, acumula críticas por sobrecostos y deficiencias.

Como una “obra sin precedentes en la educación” fue presentado el plan de construcción de 14 Escuelas Bicentenario, que Alejandro Giammattei ofreció entregar durante su gestión. A la fecha, solo una está en funcionamiento, mientras que el avance del resto figura solo en papel, ya que en el campo es cuestionable, según las actuales autoridades del Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), que deben retomar los proyectos.

Se ofreció que los edificios tendrían un área para niños de preprimaria y en cada aula se ubicaría un servicio sanitario, con un patio de juegos infantiles. También contarían con un área de dos niveles para estudiantes de primaria, con módulos de baños para hombres y mujeres.

Cada escuela tendría salón de computación, bodega, cocina, despensa, comedor para maestros, cancha deportiva techada, rampas de acceso, espacio para parqueos, área verde y muro perimetral. El número de aulas variaría conforme la población estudiantil de cada localidad.  

Se indicó que serían construidas con un sistema innovador, antisísmico. Según las especificaciones técnicas, los muros se construirían con paneles de PVC tipo colmena, material apto para “condiciones ambientales críticas” y anti-bacterias, que fueron rellenados de concreto. Según las pasadas autoridades, no necesitarían pintura, lo que ahorraría al Ministerio de Educación (Mineduc) el gasto en mantenimiento.