Luis Erasmo Martínez Díaz participó en una organización que trasegaba drogas desde Sudamérica y se declaró culpable de conspirar para introducir cinco kilos o más de cocaína con el conocimiento de que esta sería llevada a Estados Unidos.
Luis Erasmo Martínez Díaz fue detenido en diciembre de 2020; ese día lo acompañaba Karin Orellana Pinto, quien en noviembre de ese año había sido nombrada como “fiscal especial” por Consuelo Porras, con la finalidad de que investigara a Juan Francisco Sandoval.
La fiscal general, Consuelo Porras, contrató en noviembre de 2020 a Karin Cristina Orellana Pinto como “fiscal especial”, con el fin de que esta conociera e investigara las denuncias que a su despacho habían llegado contra el ahora exfiscal Juan Francisco Sandoval, planteadas por la Fundacion contra el Terrorismo.
Orellana Pinto fue contratada por el Ministerio Público en noviembre de 2020 y se mantuvo en el puesto hasta diciembre del mismo año, según los datos de aportes del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS).
Además de tener acceso a las denuncias presentadas contra el exjefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI), Juan Francisco Sandoval, pudo tener acceso a información sensible y personal sobre el exfuncionario.
Mientras esto sucedía, la Fiscalía de los Estados Unidos seguía de cerca los pasos de Luis Erasmo Martínez Díaz, pareja sentimental de la “fiscal especial”, quien en enero pasado fue condenado en Estados Unidos a 135 meses de prisión luego de que este se declarara culpable del delito de conspiración para trasegar al menos cinco kilos de cocaína con el conocimiento de que esta sería introducida de forma ilegal a Estados Unidos.
En julio del año pasado, Martínez Díaz presentó su aceptación de culpabilidad ante la justicia estadounidense y aceptó colaborar a cambio de una pena más benévola, ofreciendo entregar información sustancial, declaraciones, así como documentos y cualquier otra información relacionada con la actividad ilícita de la cual se estaba declarando culpable.
En enero, el juez Rodney Smith, de la Corte del Distrito Sur de la Florida, lo sentenció a 135 años de prisión, poco más de 11 años, además de dos años de libertad condicionada.
El acuerdo de culpabilidad establecía que Martínez Díaz podía ser sentenciado a una pena mínima de diez años y una máxima de cadena perpetua.