Los presidentes de Guatemala y México se reunirán este 17 de mayo a las 10 horas en la ciudad de Tapachula, Chiapas, México, fronterizo con el departamento de San Marcos.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reunirá hoy con el mandatario de Guatemala, Bernardo Arévalo, en Tapachula, una ciudad del estado de Chiapas, México, que es paso de migrantes provenientes de Sudamérica, Centroamérica, Asia y África.

La reunión de ambos mandatarios pasa desapercibida para los cientos de personas que están en Chiapas y otros que continúan su andar para llegar a los Estados Unidos.

Pese a ello, cientos de personas llegan desde Guatemala hacía la ciudad fronteriza para continuar su recorrido. Antes de cruzar la frontera que divide ambos países, hacen una escala en la Casa del Migrante, ubicada en Ciudad Tecún Umán, San Marcos, Guatemala que ayer recibió a un grupo de personas de nacionalidad venezolana, colombiana, hondureños, ecuatorianos, haitianos y chinos.  

Al menos la mayoría de ellos tienen un denominador común, cruzaron la selva del Darién, entre Colombia y Panamá, una dura prueba que en algún punto pudo costarles la vida, explicaron, mientras buscan donde ubicarse.  

Aumentó

El asesor jurídico y encargado de proyectos de la Casa del Migrante, Gemayel Fuentes, comentó que el flujo de la población migrante cambió desde la Caravana. “Antes de ello atendían entre 5 mil y 6 mil personas migrantes, pero luego de la Caravana esa cifra aumentó a los 14 mil”.

Agregó que, en los últimos tres años, entre 2021 y 2023, incrementó el número de personas atendidas y que cerraron el año pasado con 30 mil 122 personas. “Este año 2024 ya suman más de 12 mil personas migrantes las que han llegado a la Casa del Migrante”, comentó el entrevistado y aseguró que se superó la cantidad reportada en el primer cuatrimestre del 2023 en un 10 por ciento.

Sobre la reunión de López Obrador con Arévalo de León, el asesor jurídico explica que el “tema migratorio es amplio, con dificultades para hallarle una solución inmediata”.

“Se debe hacer cambios a largo plazo. Se debe ofrecer trabajo justo y equitativo. Además, abrir más fuentes de empleo, y que los programas ya existentes sean más publicitados para que se conozcan en el país”, señala.

La reunión de los mandatarios se da en un contexto en donde la Casa del Migrante ha atendido seis veces más a las personas que buscan llegar a México o Estados Unidos.

“Hoy un 28 por ciento de las personas que migran son mujeres, y con ellas viajan menores de edad. Eso es algo complicado, por los riesgos que representa”, explicó.

Trayecto

Roxiel Pérez, de 18 años; Jeinne Rodríguez, de 23 y Jennifer Chavier, de 21, son tres jóvenes venezolanas que salieron de Medellín, Colombia y que llegaron ayer a la frontera con México.

Su idea era tomar un respiro y continuar con su viaje e intentar cruzar hacia Estados Unidos.

Roxiel Pérez asegura que lo vivido al paso de la selva del Darién fue una experiencia “horrible”, en la que vieron personas, incluidos niños, morir en diversas circunstancias, incluso violentas. “Pasar por el área representa pagar US$350 dólares”, comentan. “Es la única forma de sobrevivir.

“Gracias a Dios a nosotras no nos pasó nada, pero otras mujeres no tuvieron esa dicha”, explican.

Pero luego, tras cruzar otros países como Costa Rica, Nicaragua y Honduras, se enfrentaron a la Policía Nacional Civil (PNC) que, en todo el recorrido, desde Izabal a Ayutla, San Marcos, les hicieron cobros para permitirles continuar.

“Fue algo muy serio. Paraban los buses que abordamos y nos cobraban una y otra vez”, recuerdan. Agotadas por el recorrido, descansan en algunas bancas de la Casa del Migrante, y aseguran que ojalá la reunión de ambos presidentes sirva de algo para aquellas personas que deciden migrar.

“Descansaremos un poco y luego continuaremos”, explican.

En el Manguito

Mientras las tres jóvenes venezolanas toman un respiro, en el puesto de Rescate Humanitario llamado “el Manguito”, más de una veintena de personas migrantes de África, Asia, Sudamérica y Centroamérica, son retenidos para llevarlos a la estación migratoria Siglo XXI.

En ese lugar se decide sobre su retorno al país más cercano, en este caso, Guatemala. A muchos le toca volver al país, y retornan a la Casa del Migrante en Ayutla.

Algunos vuelven a intentar su travesía hacia México y Estados Unidos, pero hay otros casos como el de los cubanos, Raciel Rivas, de 50 años, padre; y Raciel Rivas, de 25, hijo, que salieron de la Isla vía aérea el 12 de abril hacia Bogotá, Colombia.

Son de Santiago y vendieron todo para salir de Cuba, porque creen, como los venezolanos, que no se puede “vivir más bajo los regímenes socialistas”. “No tienen que comer y tampoco dinero para una vida digna”.

Por esa razón, según explican, dejaron atrás todo y consiguieron cómo pagar un boleto de avión para llegar a Bogotá, en primera instancia, y luego a El Salvador para luego arribar a Nicaragua donde optaron por ya viajar vía terrestre hasta Honduras y Guatemala.

El 21 de abril llegaron a Ayutla. Y desde entonces acá planifican un futuro. No están seguros de llegar a Estados Unidos. Más bien, su plan, indican, es quedarse en México, aunque también evalúan quedarse en Guatemala.

El gobierno sandinista estableció en el 2021 el libre visado para los ciudadanos cubanos, según una nota oficial, con el “objetivo de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria”.

Pero mientras esto ocurre, la presencia de migrantes en Tapachula sigue en diversas plazas públicas. Cada uno cuenta una historia distinta, de lo tormentoso del recorrido, pero coinciden en que migran porque en sus naciones las condiciones no son las mejores.

Ven en Estados Unidos, principalmente, la salida a esas preocupaciones.

El lunes 25 de marzo pasado unos dos mil migrantes salieron de Tapachula en la caravana “Viacrucis Migrante 2024” cuyo objetivo es llegar al centro del país, donde los extranjeros esperan continuar sus trámites ante las autoridades mexicanas o seguir hacia Estados Unidos.

La Pastoral de Movilidad Humana de la Iglesia católica en Chiapas ha criticado al gobierno mexicano porque la política migratoria “no ha sido clara porque no resuelve los trámites de regularización e impide a los migrantes abordar el transporte público para avanzar hacia el norte”.

Sin embargo, aseguran, “los deja caminar por las carreteras donde los detienen para deportarlos”.