Mientras las tropas y los misiles rusos cruzaban las fronteras de Ucrania el primer día de su invasión, el presidente Volodímir Zelenski se tomó un momento para estrechar la mano de su principal rival, el expresidente Petro Poroshenko. La muestra de unidad calmó la política ucraniana durante años y reforzó el liderazgo de Zelenski en tiempos de guerra. Esa tregua ha desaparecido. Una investigación de gran escala sobre una trama multimillonaria de sobornos ha implicado a colaboradores cercanos a Zelenski, lo que ha reactivado la actividad política del país y ha debilitado al presidente ucraniano, mientras se intensifica la presión en el campo de batalla.
A medida que se desarrolla el escándalo de corrupción más importante del mandato de Zelenski, sus oponentes que habían permanecido agazapados se están uniendo en el primer gran movimiento anti-Zelenski desde que comenzó la invasión en 2022. Entre estos adversarios se encuentran organismos anticorrupción independientes, partidos de la oposición, activistas políticos y medios de comunicación ucranianos. Con el apretón de manos olvidado y acabadas las contemplaciones, los críticos de Zelenski están hablando en términos antes impensables, incluso acusando a los aliados presidenciales de traicionar al país.
Muchos ucranianos han reaccionado con repugnancia ante las acusaciones de que los aliados del presidente se enriquecen mientras los soldados del país mueren en una lucha por la supervivencia nacional. “El país ha visto por fin lo que significa la expresión ‘dinero manchado de sangre’”, dijo el partido político de Poroshenko en una declaración sobre el escándalo de corrupción. El gabinete de guerra de Zelenski, decía la declaración, es “poco profesional y corrupto”. Ningún político importante de Ucrania pide la dimisión de Zelenski y, al haberse suspendido las elecciones en virtud de la ley marcial, no puede ser destituido. Pero el movimiento unido en torno a la corrupción plantea serios riesgos para él, según los analistas.
La creciente oposición podría amenazar el control del Parlamento por parte de Zelenski, a medida que los miembros de su partido deserten para convertirse en independientes, lo que ha erosionado su capacidad para aprobar leyes, algo que ha sido vital para la rápida toma de decisiones durante la guerra. El partido de Poroshenko está recopilando firmas para una moción de censura contra el gabinete de guerra. Y el círculo íntimo de Zelenski también se ha visto sometido a presiones. Yaroslav Zheleznyak, miembro del partido opositor Holos, ha pedido la dimisión del poderoso jefe de gabinete de Zelenski, Andriy Yermak. Según los analistas, Zelenski, Yermak y una pequeña camarilla de asesores ejercen un férreo control sobre el poder en Ucrania.
“La única forma de avanzar para Zelenski es, esencialmente, deshacerse de todos” los miembros de su equipo dirigente, dijo Balazs Jarabik, exasesor político de la Unión Europea en Kiev. El movimiento contra Zelenski comenzó con protestas públicas en julio, después de que este hubiera tomado medidas para neutralizar a los organismos anticorrupción que investigaban a su círculo íntimo. Rápidamente dio marcha atrás, pero las revelaciones de corrupción de este mes han renovado el descontento con Zelenski, ya que muchos ucranianos le exigen al gobierno mayor transparencia y rendición de cuentas.
Las encuestas muestran que la confianza en Zelenski ha caído a cerca del 50% , tras dispararse a cerca del 90% después de la invasión. Zelenski, que lleva casi siete años en el cargo, no ha dicho si se postulará una vez que se reanuden las elecciones, en el caso de que Rusia acceda finalmente a un alto al fuego que permita levantar la ley marcial. Las revelaciones sobre corrupción empezaron a surgir la semana pasada y han afectado a personas cercanas al presidente. La Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania dijo que un antiguo socio comercial de Zelenski, Timur Mindich, había organizado la trama, en la que se le robaron al menos US$100 millones en los últimos 15 meses a la empresa estatal de energía nuclear mediante comisiones ilegales a contratistas.
La agencia de investigación independiente se creó en el 2015 con el respaldo del Fondo Monetario Internacional y de donantes occidentales. Los investigadores dijeron que habían escondido grabadoras en un apartamento y en una oficina en Kiev, donde Mindich y otras personas, entre ellas un ministro del gobierno y un ejecutivo de la empresa nuclear, hablaron de repartirse cientos de miles de dólares y de trasladar el dinero a Suiza e Israel. La agencia anticorrupción ha publicado el audio en internet. Las acusaciones de robo en el sector energético fueron tanto más mortificantes para los ucranianos —y políticamente delicadas para Zelenski— en la medida en que el país soporta apagones eléctricos de horas tras los recientes ataques rusos con misiles y drones contra centrales eléctricas.
Zelenski ha respondido pidiendo la dimisión del ministro de Justicia, Herman Halushchenko, y de la ministra de Energía, Svitlana Hrynchuk. Ambos presentaron cartas de renuncia. El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa impuso sanciones a su antiguo socio, Mindich, copropietario del estudio de televisión de comedia que Zelenski fundó antes de convertirse en presidente. Mindich huyó de Ucrania poco antes de que se registrara su domicilio. El gobierno también ha anunciado reformas de los organismos reguladores y de las prácticas de gobernanza corporativa de las empresas estatales.
Un ex viceprimer ministro, Oleksii Chernyshov, de quien los investigadores dijeron que había aceptado pagos de más de un millón de dólares, dijo que era inocente y que los investigadores habían publicado extractos de las grabaciones fuera de contexto. En una audiencia celebrada el lunes, Zheleznyak, diputado de la oposición, dijo que las medidas adoptadas por el gobierno para hacer frente a las acusaciones de corrupción eran insuficientes. Criticó a los ministros del gobierno que asistieron a la audiencia. Durante la guerra ha sido inusual que los ministros asistan a las audiencias.
Según los analistas políticos, las acusaciones de corrupción de alto nivel podrían provocar una realineación contra Zelenski en el Parlamento, con lo que se volvería a la norma de la mayor parte de la historia reciente de Ucrania, en la que los presidentes se enfrentaban a una cámara controlada por la oposición. En condiciones de guerra, Rusia podría explotar esas divisiones internas. Ukrainska Pravda, uno de los principales medios de comunicación ucranianos, informó que una facción del partido político de Zelenski, Siervo del Pueblo, presionaba para que dimitiera Yermak, el jefe de gabinete, y amenazaba con abandonar el partido si permanecía en su puesto.
En una señal de que Zelenski puede estar perdiendo su capacidad para aprobar leyes, se ha retrasado la votación sobre el presupuesto del próximo año, que estaba prevista para esta semana. Los políticos de la oposición dijeron que pretendían aprovechar el debate sobre el proyecto de presupuesto para exigir que se incluyeran nuevas medidas de protección contra la corrupción. Incluso antes del escándalo, Zelenski había perdido la mayoría en el Parlamento debido a las deserciones y dimisiones en su partido. Pero había podido aprobar leyes en coalición con antiguos miembros de un partido prorruso ahora prohibido.
“Los pasos actuales no bastan para convencer a la sociedad ucraniana de que algo ha cambiado realmente, y que no es algo cosmético”, dijo Volodymyr Ariev, miembro del Partido Solidaridad Europea de Poroshenko, refiriéndose a las dos dimisiones ministeriales y a las revisiones normativas anunciadas rápidamente. Ha pedido la formación de un gobierno de unidad nacional que incluya a figuras de la oposición. Pero admitió que era poco probable que Zelenski cediera el poder de este modo. Apoyar a ayudantes, ministros u otros funcionarios implicados en la investigación, dijo Ariev, no solo “le debilitará como político y presidente, sino que debilitará a Ucrania”.
