Desde inicios de este mes, autoridades de salud de varias naciones, desde Europa hasta Canadá, Estados Unidos y Australia, han comenzado a detectar casos de esta extraña enfermedad, cuyos brotes anteriores habían sido muy contenidos.

Sin embargo, en las últimas semanas, los brotes se han ido multiplicando en una forma que ha comenzado a sonar las alertas en las instituciones sanitarias.

Muchos organismos de vigilancia epidemiológica y expertos, no obstante, han aclarado que, aunque aún se estudian los actuales casos y sus formas de contagio, la viruela del mono no constituye una amenaza para la salud del público general.

Sin embargo, es la primera vez que tantos países del mundo detectan a la par nuevos casos en el mismo lapso de tiempo y muchos de ellos sin conexión aparente o sin historiales de viaje a África.

Al ser una enfermedad ya conocida, centros de salud de numerosas naciones ya tienen desde hace tiempo protocolos que sugieren para evitar los contagios, detectar los síntomas y ofrecer tratamientos.

Aquí te contamos algunas de esas claves sobre cómo puedes prevenir la viruela del mano y evitar contagiarte.

Estar atentos a posibles síntomas

Las autoridades sanitarias de varios países, incluidos varios latinoamericanos, se han puesto en alerta para identificar con celeridad cualquier potencial caso de viruela del mono, para poder ofrecer tratamiento, rastrear contactos y evitar la propagación del virus.

Para ello, muchas agencias de salud han recomendado a sus poblaciones estar atentas a los síntomas y acudir al médico si hay sospecha de estar contagiado, principalmente si has estado de viaje en las últimas tres semanas (el periodo de incubación de la enfermedad).

La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido (Ukhsa, por sus siglas en inglés) señala que, al inicio, los síntomas de la enfermedad suelen ser parecidos a los de una gripe e incluyen:

  • fiebre
  • dolor de cabeza
  • dolores musculares
  • dolor de espalda
  • escalofríos
  • agotamiento
  • ganglios linfáticos inflamados

El síntoma más característico aparece de 1 a 5 días después de la fiebre: se desarrolla una erupción que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo, principalmente manos y pies.

En muchos de los casos actuales, las personas han reportado la aparición de la erupción en la zona genital.

La forma en que se ven este tipo de ampollas cambia y pasa por diferentes etapas antes de finalmente formar una costra que luego se cae.

Si una persona presenta este tipo de erupción debe acudir al médico y aislarse para evitar transmitir la enfermedad a otros.