Los teléfonos inteligentes son omnipresentes en la vida diaria, y muchas personas los utilizan mientras están sentadas en el inodoro. Aunque existe evidencia anecdótica de que el tiempo prolongado en el sanitario es un factor de riesgo para las hemorroides (venas ubicadas alrededor del ano, que están inflamadas o dilatadas, por lo que causan dolor, ardor y hasta picazón en la zona), hasta ahora no se había realizado un análisis multivariado sobre el uso de celulares.
Un estudio transversal realizado en el Centro Médico Beth Israel Deaconess en Boston examinó la correlación entre el uso de teléfonos en el inodoro y la prevalencia de hemorroides. Los participantes —125 adultos sometidos a colonoscopias de detección— completaron una encuesta sobre sus hábitos. El 43% presentó hemorroides visualizadas en la colonoscopia y el 66% reconoció usar el celular en el baño. Entre ellos, el 37.3% permaneció más de cinco minutos por visita, en contraste con el 7.1% de quienes no lo usaban.
El estudio sugiere que la interacción prolongada con teléfonos inteligentes mientras se usa el inodoro puede estar asociada con mayor prevalencia de hemorroides.
Héctor Luna, cirujano gastrointestinal y endoscopista, de Clínicas Punto 10 explica que no solo el uso del celular prolonga el tiempo sentado y puede provocar hemorroides, sino también otras actividades sedentarias.
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Causas de hemorroides
Existen diversas causas para su desarrollo. Los pacientes que permanecen sentados durante largos periodos son de los más propensos. Por ejemplo, los traileros, que pasan horas manejando, tienden a padecerlas, al punto que se le conoce como “la enfermedad del trailero”.
Lo mismo ocurre con quienes trabajan en oficinas o call centers, donde la incidencia ha aumentado. Otra causa frecuente es el aumento de la presión intraabdominal, como sucede durante el embarazo. Muchas mujeres desarrollan hemorroides porque el útero presiona el abdomen; en algunos casos desaparecen tras el parto, pero en otros permanecen.
Entre otras causas se encuentran realizar esfuerzos durante la defecación, tener diarrea o estreñimiento crónicos, obesidad, relaciones sexuales anales, seguir una dieta baja en fibra y levantar regularmente objetos pesados.
Tratamientos y prevención
El tratamiento depende del grado, que se clasifica del uno al cuatro según la severidad. Los grados uno y dos pueden tratarse con medicamentos, pero los grados tres y cuatro requieren cirugía, ya sea hemorroidectomía o ligadura de hemorroides.
“Es esencial cuidar el tiempo en el baño y no permanecer más de lo necesario. La dieta también es fundamental”, señala Luna.
En la alimentación se deben evitar irritantes como chile, café, alcohol o comidas muy condimentadas, ya que empeoran la enfermedad. También es recomendable hacer baños de asiento con agua tibia en lugar de limpiarse con papel, que irrita y lastima más.
La mejor forma de prevenir las hemorroides es mantener las heces blandas para que pasen con facilidad. Para reducir los síntomas, Luna y el sitio Mayo Clinic recomiendan:
- Consumir más frutas, verduras y cereales integrales. Esto ablanda las heces y aumenta su volumen, lo que evita esfuerzos que pueden causar hemorroides.
- Beber de seis a ocho vasos de agua y otros líquidos al día. Evitar el alcohol también ayuda.
- Considerar suplementos de fibra, ya que la mayoría de personas no ingiere suficiente.
- No hacer fuerza al evacuar. Contener la respiración y pujar aumenta la presión en las venas del recto.
- Mantenerse activo. El ejercicio previene el estreñimiento, reduce la presión sobre las venas y ayuda a controlar el peso.
- Evitar estar sentado durante periodos prolongados, sobre todo en el inodoro, ya que aumenta la presión en las venas del ano.