EscuchaAl temor de ser deportados, los migrantes suman la zozobra por un posible arancel del 5% en las remesas, el alto costo de la canasta básica y de los alquileres, afirman representantes de organizaciones.
«Hay mucha incertidumbre. Todo eso disminuye el total de remesas enviadas a nuestras familias. Además, las remesas van disminuyendo debido al alto costo de vida aquí. La canasta básica ha aumentado en un 20% y la renta en un 25%, dice Elmer Sandoval, representante de la Asociación Cívica Guatemalteca del Condado Mercer», en Nueva Jersey.
A esto, según Sandoval, se suma el hecho de que muchos migrantes permanecen escondidos por el temor a ser deportados.
Juan Carlos Pocasangre, presidente de la organización Guatemaltecos en Nueva York, dice que los migrantes en esa ciudad no dimensionan las consecuencias de que se apruebe esa medida, puesto que mantienen la esperanza de que no ocurra.
«Estamos preocupados, esperando que no se tenga que hacer, porque ya estamos afectados con el aumento de todo, de los alimentos principalmente. Los alquileres están demasiado caros y parece que solo es el comienzo», señaló.r nota
Sin aprobación
Claudia Estrada, migrante guatemalteca que vive y trabaja en Estados Unidos desde hace más de 25 años, comentó a Prensa Libre que, en su caso, envía remesas semanales a su padre, quien reside en la Ciudad de Guatemala, por medio de una remesadora certificada.
En su opinión, aún es pronto para sentir algún efecto respecto de la posibilidad de un impuesto del 5% a las remesas enviadas desde ese país, dado que todavía debe ser aprobado por el Congreso.
Sin embargo, considera que, a mediano plazo, de llegar a ser aprobado, ese impuesto del 5% representará un impacto, porque, en su caso, ella envía US$300 semanales y la remesadora le cobra un porcentaje mínimo. Pero si se le debe sumar ese nuevo gravámen, entonces tendría que enviar más dinero para que su pariente siga recibiendo la misma cantidad sin que se vea afectado.
Estrada comparte que, en tal caso, tendrá que generar más ingresos o buscar la forma de reducir sus gastos en el lugar donde vive, con el fin de seguir enviando la misma cantidad de remesa o incluso más a su padre, quien necesita de su apoyo porque no recibe ninguna pensión ni asistencia por parte del Estado.
Arancel
Miembros del Comité de Recursos y Arbitrios de la Cámara de Representantes del Partido Republicano son quienes impulsan un proyecto fiscal que incluye, entre varias medidas, la aplicación de un impuesto del 5% a las remesas que salen de Estados Unidos.
Los líderes republicanos presentarán la iniciativa en la Cámara de Representantes para su análisis inicial. Posteriormente, el proyecto deberá ser enviado al Senado con miras a su aprobación en julio próximo.
Analistas económicos estiman que esta medida podría reducir el ingreso de remesas a los países centroamericanos que dependen de ese flujo. En Guatemala, las remesas representan uno de los principales pilares de sostenimiento para miles de familias y constituyen un importante porcentaje del Producto Interno Bruto.
Según la agencia EFE, el martes 13 de mayo, el Senado mexicano mostró su desacuerdo ante el proyecto de ley propuesto por el congresista republicano Jason Smith, que busca imponer dicho impuesto a las remesas.
Afectados
De acuerdo con la agencia AP, más de 40 millones de personas serían cubiertas por el referido impuesto, entre ellas, los titulares de visas de no inmigrante, como las de tipo H-1B, H-2A y H-2B y los titulares de permisos de residencia permanente.
También publica que el gobernante estadounidense anunció hace unos días que, aunque no se conocen más detalles, trabaja en la finalización de un memorando presidencial para “acabar con las remesas” enviadas por personas que están en Estados Unidos sin autorización.
Dicha agencia también destaca que la legislación para controlar las remesas a través de impuestos sobre las transferencias de dinero nacionales e internacionales se ha propuesto en 18 estados en los últimos años, pero casi todas las propuestas han sido rechazadas.
La excepción es Oklahoma, agrega, que en el 2009 avaló un impuesto sobre las remesas, de US$5 por cualquier transferencia de dinero inferior a US$500 y un 1% sobre cualquier cantidad superior.
Otros altos funcionarios del gobierno de Trump también han apoyado los esfuerzos para endurecer los controles sobre las remesas. Cuando era senador por Ohio, en el 2023, el vicepresidente JD Vance fue uno de los proponentes de la Ley WIRED, que habría impuesto una tarifa del 10% a las remesas enviadas desde Estados Unidos.
Según el Banco Mundial, las remesas enviadas a los países de origen en el 2023 totalizaron alrededor de US$656 mil millones, equivalente al producto interno bruto de Bélgica. El dinero que los migrantes mexicanos envían a sus familiares creció un 7.6% en el 2023, alcanzando un récord de US$63 mil 300 millones en ese año.