El Sistema Penitenciario confirmó que se investiga la participación de guardias y autoridades en el ingreso de objetos prohibidos y animales a la cárcel de El Infiernito e informa sobre traslado de reclusos «altamente peligrosos».

Las autoridades del Sistema Penitenciario (SP) han atribuido el estado de la cárcel conocida como El Infiernito, en Escuintla, supuestamente de máxima seguridad, a una «mala práctica» que ha persistido durante décadas.

La institución confirmó que ha iniciado investigaciones para determinar responsabilidades tras el hallazgo de aparatos electrónicos, animales silvestres y escondites donde los reclusos guardaban objetos prohibidos.

«La Dirección General del Sistema Penitenciario confirma que se iniciaron los procesos administrativos correspondientes a las autoridades y guardia penitenciaria del Centro de Alta Seguridad Canadá Escuintla, conocido como ‘Infiernito’, y nadie del personal de ese centro ha sido asignado a ningún otro centro», indicó la institución.

Asimismo, la institución informó que «se realizan las investigaciones correspondientes para establecer el grado de responsabilidad que puede terminar en una sanción o destitución».

Respecto al ingreso de ilícitos a los centros de detención como artículos electrónicos, drogas, armas, celulares, incluyendo también animales no permitidos, el Sistema Penitenciario aseguró que «es consciente de la responsabilidad de algunos guardias penitenciarios y autoridades del centro, razón por la que está llevando a cabo un proceso de depuración de la guardia penitenciaria».

Sobre el ingreso de animales, como caimanes, mapaches, zorros y un águila que se encontraron en un operativo de gran escala que se llevó a cabo el domingo 2 de junio, el SP confirmó que «se están realizando las investigaciones correspondientes, pero es evidente que tuvo que haber participación de la guardia y autoridades del centro».

Más de 400 agentes de la Policía Nacional Civil y del Sistema Penitenciario participaron en la requisa para retomar el control de la cárcel que albergaba a 225 integrantes del Barrio 18.

La operación permitió el traslado de este extenso grupo de pandilleros considerados «altamente peligrosos» a otras instalaciones mientras la prisión es reconstruida.

El Ministerio de Gobernación informó que está utilizando maquinaria pesada para convertir el recinto en «una verdadera cárcel de máxima seguridad», según publicaciones oficiales.

Pero la reestructuración del penal no era el único objetivo, pues las autoridades también confirmaron que actuaron ante la posibilidad de un plan de fuga masiva de los reos.

La Policía Nacional Civil confirmó a Prensa Libre que «había una gran posibilidad de que se efectuara una fuga masiva» y por esa razón se apresuró el traslado de los integrantes de la pandilla del Barrio 18.

«Vamos a encontrar todas las caletas, así tengamos que botar todas las paredes y levantar todo el piso», expresó el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, quien también informó que han encontrado «decenas de celulares, dinero, armas blancas, licores, routers» en los primeros cuatro escondites que fueron ubicados.

En las imágenes que compartió el Ministerio de Gobernación en redes sociales se observa a los agentes extrayendo las refrigeradoras, televisores y otros aparatos de los espacios destinados para los reclusos en la cárcel El Infiernito.

Jiménez anunció que se eliminará el acceso de los reclusos a la energía eléctrica para que a futuro no puedan recargar sus celulares ni utilizar electrodomésticos como el aire acondicionado, equipos de sonido y juegos electrónicos que también tenían en su poder.