Estados Unidos puso en alerta, el lunes, a 8 mil 500 soldados, que podrían apoyar la fuerza de reacción rápida de la OTAN, dotada de 40 mil efectivos. Sin embargo, no se ha decidido su despliegue.
Rusia inició este martes nuevas maniobras militares cerca de Ucrania y en la península anexada de Crimea, horas después de acusar a Estados Unidos de «exacerbar» las tensiones al poner en alerta a miles de soldados.
En las últimas semanas, tanto Rusia como los occidentales no han dejado de acusarse mutuamente de atizar la crisis, agravando el riesgo de un conflicto de envergadura. La acción diplomática sigue su curso, pero de momento sin resultados.
Las maniobras de Rusia anunciadas el martes implican a unos 6 mil militares, aviones caza y bombarderos. Se están llevando a cabo en el sur de Rusia, cerca de Ucrania, y en Crimea, una península ucraniana que Moscú se anexionó en 2014.
Rusia, que tiene concentrados a decenas de miles de militares cerca de Ucrania, anunció la semana pasada maniobras navales en el Atlántico, el Ártico, el Pacifico y en el Mediterráneo, además de ejercicios conjuntos con Bielorrusia en las fronteras con la Unión Europea (UE).
En este contexto tenso, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se declaró «enormemente preocupado» por el hecho de que Estados Unidos pusiera en alerta, el lunes, a 8 mil 500 soldados, que podrían apoyar la fuerza de reacción rápida de la OTAN, dotada de 40 mil efectivos. Sin embargo, no se ha decidido su despliegue.
Según Peskov, Estados Unidos está «de facto (…) exacerbando las tensiones» con esta actitud, como por ejemplo anunciando, la víspera, que las familias de los diplomáticos estadounidenses radicados en Ucrania estaban abandonando el país a causa del riesgo inminente de invasión.
Ucrania debe recibir este martes «equipos y municiones para reforzar a las fuerzas armadas» procedentes de Estados Unidos, indicó la embajada de ese país, que precisó que se trata de una parte de los 200 millones de dólares en asistencia aprobados por la Casa Blanca.
En tanto, la alianza de la OTAN, liderada por Washington, anunció que sus miembros estaban poniendo tropas «en standby» y que también estaban enviando barcos y aviones para reforzar la defensa de Europa del Este. Y ello, pese a que Rusia vea como una amenaza el despliegue de tropas de la Alianza atlántica cerca de sus fronteras.
Por otro lado, las autoridades ucranianas informaron este martes que desmantelaron un grupo coordinado por Moscú que preparaba ataques armados para «desestabilizar» varias regiones, sobre todo en la frontera rusa.
Respuesta esta semana
Los occidentales acusan al gobierno ruso de haber concentrado a más de 100 mil soldados a la frontera con Ucrania, de cara a una posible invasión.
Rusia siempre ha negado pretender invadir Ucrania, pero condiciona una desescalada a la firma de tratados que garanticen que la OTAN no se expandirá, sobre todo incorporando a Ucrania.
Unas reivindicaciones que tanto Europa como Estados Unidos consideran inaceptables, aunque aseguran que se toman en serio las preocupaciones manifestadas por Rusia y que quieren negociar para encontrar soluciones.
Tras una ronda de negociaciones, Washington debería enviar una respuesta esta semana, por escrito, a las exigencias planteadas por Rusia. Pero en paralelo, el presidente estadounidense, Joe Biden, decidió poner a sus tropas en estado de alerta, lo que incrementó la presión.
La medida pareció tomar por sorpresa a algunos dirigentes europeos, preocupados por no provocar al Kremlin.
El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que desea proponerle «un camino de desescalada» a su homólogo ruso, Vladimir Putin, «en los próximos días». El Kremlin confirmó que esta semana conversarán.
Además, Francia también acogerá el miércoles una reunión de consejeros de alto rango de Alemania, Rusia y Ucrania, en un intento de revitalizar el formato de diálogo instaurado en 2015 y que actualmente se encuentra en punto muerto.
Graves consecuencias
Estados Unidos asegura que no hay «divergencias» con los europeos respecto a las eventuales sanciones que se le podrían imponer a Rusia si invade Ucrania ni tampoco respecto a la urgencia de la amenaza.
Rusia exige garantías jurídicas de que la OTAN no se ampliará. También reclama que las fuerzas y armamentos de la Alianza atlántica sean retirados de los países de Europa del Este que forman parte de la organización.
En caso de invasión, los occidentales amenazan con imponer unas sanciones de una dureza inédita contra Moscú, aunque el Kremlin siempre se ha mostrado bastante insensible a este tipo de represalias.
«Acordamos que responderíamos al unísono a cualquier ataque ruso contra Ucrania imponiendo sanciones económicas coordinadas y severas, más pesadas que todo lo que hemos hecho antes contra Rusia», advirtió este martes el primer ministro británico, Boris Johnson.
Entre las opciones que ha preparado la Comisión Europea, se contempla reducir las compras de gas y petróleo ruso, según dijo a la AFP una fuente europea, si bien esa idea genera división entre los socios europeos.
Estados Unidos, en tanto, se plantea prohibirle a los bancos rusos el uso del dólar, algo que asestaría un duro golpe a la economía del país.