El prefecto de la policía de París reconoció este jueves ante el Senado que la gestión de la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el Liverpool por parte de las fuerzas del orden fue “un fracaso”.
“Fue claramente un fracaso”, dijo Didier Lallement, mencionando, por ejemplo, las personas “zarandeadas” y “agredidas” y lamentando que “la imagen del país se haya visto socavada” tras este partido disputado en París el pasado 28 de mayo.
El responsable se disculpó también por haber autorizado el uso de gases lacrimógenos en la zona del estadio antes del inicio del partido, pero aseguró que “no había otra manera” de aliviar la presión en las puertas de entrada.
El dispositivo de seguridad durante la final de la Champions, que disputaron el Real Madrid y el Liverpool, el partido más importante de la temporada en Europa, estuvo marcado por los incidentes, con espectadores sin entradas que trepaban por las puertas, hinchas y familias rociados con gases lacrimógenos y numerosas víctimas de robos o asaltos.
“Para mí es una herida”, dijo Lallement.