El lavado de manos, junto con la higiene ambiental, es una de las medidas más efectivas y económicas para prevenir enfermedades. Martha Saboyá, directora del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Determinantes Ambientales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), explica en un webinar disponible en YouTube que “se necesita tener una conciencia mayor sobre el lavado de manos para la eliminación de enfermedades y el control de infecciones”.
La médica Isi López, a cargo de la Clínica de Bomberos Municipales, comparte que el lavado de manos es la primera línea de defensa contra la propagación de gérmenes, infecciones o enfermedades en la población en general. En el caso de los bomberos, al estar en contacto con tantas personas —y aun utilizando guantes y equipo de protección—, siempre es recomendable lavarse las manos antes y después de atender a un paciente. “Un simple resfriado, una diarrea, una gripe o incluso el covid-19 pueden prevenirse con el lavado de manos”, agrega.
Glenda Guzmán, enfermera y catedrática de la Escuela Privada para Auxiliares de Enfermería San Miguel Arcángel, afirma que las personas tocan distintos objetos fuera de casa. Los niños, por ejemplo, juegan en el colegio o la escuela y luego regresan al hogar. Si no se lavan las manos, pueden contaminar superficies y propagar enfermedades.
La enfermera describe que existen diferentes tipos de lavado: el clínico y el quirúrgico, que son más profundos, y el social, que es el que realiza la población en general y solo requiere agua y jabón.
La Clínica Mayo también destaca que, aunque no es posible mantener las manos libres de gérmenes, lavarlas con frecuencia con agua y jabón ayuda a disminuir su diseminación.
Al hablar de seguridad alimentaria y nutricional, la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesan) indica que el lavado de manos previene la contaminación de los alimentos y es básico para una manipulación segura. Lavarse las manos correctamente evita riesgos de intoxicación alimentaria, contaminación cruzada, diarrea y otras enfermedades transmitidas por alimentos.
Puede parecer algo trivial, pero la importancia del lavado de manos fue uno de los grandes descubrimientos del siglo XIX, cuando el cirujano Ignaz Semmelweis, de Hungría, hizo campaña para mejorar la higiene en las clínicas. Descubrió que desinfectarse las manos antes de atender a las parturientas disminuía drásticamente los casos de muerte de mujeres y recién nacidos a causa de la fiebre puerperal, según un artículo de National Geographic. En su época, sus ideas fueron rechazadas y se le calificó de charlatán, pero con el tiempo se demostró que su práctica salvaba vidas.
¿Cuándo debe lavarse las manos?
Los momentos clave del lavado de manos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), son:
- Después de visitar un espacio público, incluidos el transporte público, centros comerciales y lugares de culto
- Después de tocar superficies fuera del hogar, incluido el dinero
- Antes, durante y después de cuidar a una persona enferma
- Antes y después de comer o preparar alimentos
- Después de usar el baño
- Después de manipular basura
- Después de tocar animales o mascotas
- Antes y después de cambiar pañales o ayudar a niños a usar el baño
- Antes y después de tratar una herida o cortadura
- Antes y después de cambiar una toalla higiénica u otro implemento absorbente para la menstruación
- Antes de lactar a un bebé
- Después de tocar artículos o superficies de uso común (manillas de puertas, mesas, carritos de compras, pantallas o cajeros automáticos)
- Cuando las manos estén visiblemente sucias
- Siempre que se sospeche que se ha estado en un ambiente contaminado
- Incluso al saludar o tocar a alguien, podemos exponernos a gérmenes sin darnos cuenta
¿Cuál es la manera correcta de lavarse las manos?
López señala que se trata de una medida sencilla, económica y accesible: basta con agua y jabón. Cuando no hay agua ni jabón, es recomendable usar alcohol en gel, que se popularizó durante la pandemia.
El lavado ideal debe durar entre 30 segundos y un minuto. “No basta con mojarse rápido, como a veces hacen los niños. Hay que tomarse el tiempo para frotar cada dedo, entre los espacios y debajo de las uñas. Incluso puede contarse hasta 30 o 60 segundos mientras se hace. Eso marca la diferencia”, añade López.
La Sesan y organismos internacionales como la OMS recomiendan los siguientes pasos:
- Mojarse las manos con agua
- Enjabonarse las manos: incluyendo la parte posterior, debajo de las uñas y entre los dedos
- Frotar las manos durante al menos 20 segundos. Una forma de medir el tiempo es contar hasta 20 o cantar dos veces la canción “Cumpleaños feliz”
- Enjuagar con agua
- Secarse las manos con un paño limpio
El lavado de manos, junto con otras medidas como mantener limpios los utensilios, almacenar bien los alimentos y hervir el agua, ayuda a mantener los alimentos seguros y saludables.