Empresa portuaria proyecta que atracadero proyectado puede recibir barcos de gran calado y duraría dos años construyendo. Expertos y usuarios lo ven con buenos ojos, pero piden modernizar servicios privados en el puerto.

En el contexto del congestionamiento en los puertos nacionales, la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) confirmo que está buscando inversionistas privados para la construcción de un nuevo atracadero que costará US$200 millones. José Antonio Lemus, presidente de la EPQ, indicó que al contar con el monto necesario y terminar con los puntos administrativos y de diseño, la infraestructura podría quedar construida en alrededor de dos años. La promoción, que implica un concurso público, se hace principalmente entre las empresas privadas que manejen carga dentro del puerto a cambio de un servicio preferencial para cuando esté operando el muelle.

“El problema que tenemos es que la infraestructura se quedó corta para el servicio que se presta”, expresó Lemus, quien explicó que al tener un muelle de 800 metros de longitud, solo se puede atender a cuatro barcos, siempre y cuando estos midan menos de 190 metros. No obstante, Lemus aseguró que actualmente llegan al puerto buques de 200 metros o más, por lo que solamente pueden atender tres de manera simultánea, lo cual genera una hilera de buques esperando a entrar.

El nuevo muelle 

Lemus señaló que la ley de la EPQ le permite la prestación de servicios públicos donde pueda haber una participación privada por la vía de gestión directa. En esta modalidad, Lemus explicó, que un inversionista privado, a través de un contrato con la EPQ, puede prestar servicios a la carga, a pasajeros o al buque.

“Ellos tendrían la prioridad en el atraco de sus barcos”, explicó Lemus, quien aclaró que aunque el muelle sería propiedad del puerto y no exclusivo para los inversionistas, estos contarían con prioridad para que sus barcos ingresen y no tengan que hacer cola. 

Para este cometido, Lemus señaló que son necesarios alrededor de US$200 millones. “Lo que estamos buscando es que nos ayuden a construir el muelle con la agilidad que permite la inversión privada, para que puedan atender su propia carga y yo poder ofrecer el servicio a otros usuarios cuando ellos no lo estén usando”, planteó el presidente de la EPQ. 

Herlindo Herrera , director de Comunicación de la Gremial de Logística de Guatemala, adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), confirma que desde hace 40 años no se ha recibido ningún tipo de inversión o mantenimiento al puerto, por lo que, Herrera aseguró, los avances que se están realizando son pertinentes. 

Mientras que Jorge Gómez, presidente del Comité de Facilitación de Comercio y Aduanas de Amcham, proyecta que a partir de trabajos de infraestructura a favor del puerto se agilizarán las operaciones, pero que esa mejora de tiempo no solo responderá a la mejora de infraestructura, sino también a la inversión de  maquinaria y equipo moderno, como grúas de última generación. 

La invitación a participar en esta inversión está siendo evaluada por la junta directiva, sostuvo Lemus, quien señala que después de su aprobación será lanzada oficialmente al público. 

Atención a barcos de graneleros 

Uno de los mayores problemas que aqueja al puerto Quetzal es la falta de un muelle que atienda solamente las necesidades de los buques graneleros. Según Lemus, uno de los servicios que se prestan dentro del puerto, es el de los operadores de una terminal portuaria especializada, para la cual hay especializados en carbón, gas, entre otros, no obstante, no hay una operación que atienda solamente a los graneleros.

Un barco granelero es un tipo de buque mercante que transporta grandes cantidades de carga a granel, es decir, sin embalar, como los cereales, el carbón o las semillas.

Herrera señaló que actualmente, los buques graneleros se están haciendo hasta 25 días de cola en el puerto Quetzal, con pérdidas de hasta US$20 mil solamente por el tiempo de espera. Esto debido al incremento en retrasos y tarifas desde Manzanillo, México hasta el puerto. 

“Ante este problema buscamos varias soluciones”, aseguró Lemus, quien explicó que se encuentran en pruebas para que empresas que operan bajo una especialización presten servicios a los barcos que contienen granos. Gómez señaló que los barcos de graneles que transportan productos como azúcar, requieren una permanencia prolongada en los muelles.

Una empresa ya logró su cometido con éxito, y actualmente otra terminal que normalmente atiende carbón, también está realizando los estudios pertinentes para realizar lo mismo. No obstante, Lemus argumentó que deben esperar a atender a más buques y analizar la satisfacción de los usuarios para hacerlo oficial. 

Asimismo, Lemus comentó que se está analizando otra opción para desarrollar una terminal especializada en graneles, en el que actualmente es el muelle de pasajeros. “Esto es para aprovechar el momento en el que no haya pasajeros y podamos usar esa facilidad y descargar ahí”, sentenció.  

Atracción de grandes naves

Gómez planteó que, más allá de los espacios actuales y futuros, se debe analizar la capacidad que tendrá el puerto en 20 a 25 años, si puede seguir creciendo o si es necesaria la creación de una nueva infraestructura que, en conjunto con el puerto Quetzal, brinde servicios acordes con el crecimiento del comercio. 

“El puerto hay que llevarlo a su máxima capacidad, pero también es importante pensar cuántos años más nos va a dar esa capacidad máxima”, pronunció Gómez, quien agregó que a largo plazo, podría llegar a ser necesaria la construcción de otro puerto, por la posición estratégica y por la descentralización de la actividad productiva y comercial. 

Los buques Post Panamax, son embarcaciones que exceden los parámetros de tamaño máximo establecidos por las esclusas originales del Canal de Panamá, lo que los hace demasiado grandes para transitar por el canal, según Wlogistics.com. Por lo que, a partir de estas características, se puede transportar cantidades masivas de carga en un solo viaje y optimizando costos. Sin embargo, Lemus señala que barcos de esta magnitud son “imposibles de atender”. 

Herrera argumentó que también existe una necesidad de mejorar los dragados del puerto debido a la poca profundidad de los mismos, que según Herrera, deberían tener un mínimo de 15 metros de profundidad para atender a los buques más grandes. El director de comunicación sostuvo que países como El Salvador y Honduras han avanzado fuertemente en inversiones a sus puertos, por lo que Guatemala se está rezagando y se podrían llegar a perder inversiones. 

Lemus señaló que junto con el actual gobierno, se realizó el contacto con la Embajada de Estados Unidos para que, con ayuda del cuerpo de ingenieros del Ejército de ese país, se realice un estudio para el crecimiento del puerto mar adentro. El presidente de la EPQ explicó que en estos momentos, el acceso desde el mar es uno solo, por lo que solo puede entrar un barco a la vez. 

“No es solo agilizar los atracaderos, sino ver esa movilidad que está restringida por ese acceso”, expresó Lemus. Gómez señaló que se ha visto un cambio de modelos de barcos que podrían ya no tener como destino el puerto Quetzal,  debido a que no cuentan con las condiciones necesarias.

Lemus subrayó que la falta de profundidad y el calado pueden limitar a los buques más grandes. A partir de una ampliación mar adentro, Lemus aseguró que la geografía del puerto contaría con buenas profundidades, con 20 a 25 metros a menos de 1 kilómetro.