Los nodos logísticos terrestres han sido impactados en esta última fase de la temporada lluviosa, una de las más intensas del año, lo que genera consecuencias directas para los usuarios de las carreteras en la Costa Sur y en la ruta a El Salvador, tanto en el movimiento de mercancías como de personas.
Esta situación se traduce en un encarecimiento de los costos de transporte, así como en demoras y atrasos para diversas actividades, tanto microeconómicas como macroeconómicas. Al igual que en junio del 2024, cuando ocurrió un hundimiento en el kilómetro 44 de la autopista Palín-Escuintla, y tras varios meses de rehabilitación, se consolidó un panorama de pérdidas e impactos negativos.
El pasado viernes 10 de octubre colapsó uno de los puentes gemelos de Mocá, en el kilómetro 131.5 de la ruta CA-2 Occidente, que comunica las fronteras de México y El Salvador. Asimismo, el lunes 6 se registró un derrumbe en el kilómetro 24.5 de la carretera a El Salvador.
Por tratarse de carreteras principales, existe un área de influencia sobre los procesos de producción, los cuales se ven interrumpidos.