Mides dice que utilizará instrumento especial de medición para saber quiénes serán los beneficiarios.

El anuncio de los Q150 millones que el gobierno destinará en aportes económicos para familias de escasos recursos causa diversas opiniones y dudas, principalmente sobre cómo se obtendrán los recursos.

El presidente Bernardo Arévalo anunció que el beneficio comenzará el 1 de julio y los programas serán coordinados por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides).

Se trata de bonos de Q250 para 50 mil familias de la capital por seis meses. En el interior del país planifican un aporte único de Q1 mil para 100 mil familias.

Medición

El ministro de Desarrollo Social, Abelardo Pinto, explicó por medio del whatssap que se utilizará la Ficha de Evaluación de Condiciones Socioeconómicas (FECS), para saber qué personas necesitan el beneficio.

Este método de medición fue creado hace más de 10 años. Estas fichas según el Mides, miden variables en salud, seguridad alimentaria y nutricional, educación, empleo, vivienda, gestión de riesgo, participación y migración.

Para el bono único de Q1,000, Pinto recalcó que el Mides cuenta con información socioeconómica de hogares del área rural en condiciones de pobreza y pobreza extrema, sin acceso al servicio de energía eléctrica, por lo que se procederá a actualizar datos para la identificación de los hogares que serán beneficiados.

Se le consultó al funcionario de dónde sacarán los fondos pero no respondió.

Sin fondos

Carlos Velásquez Monge, exministro de Desarrollo Social durante el gobierno del presidente Jimmy Morales, dice que el presupuesto del Mides no es suficiente para desembolsar el dinero de los bonos.

“Me imagino que buscan hacer una presión social a los diputados, para obligarlos a votar a favor de una ampliación presupuestaria completamente espuria e ilegal que fue presentada por el ejecutivo”, señala.

“Es allí en donde el ejecutivo buscará responsabilizar al legislativo de no ser aprobada la ampliación, y ellos no lograr cumplir la promesa de esos bonos paliativos que no solucionan en nada las condiciones de las personas”,agregó.

Velásquez, acotó que el bono de los Q250 ya existe y se le llama bono Bolsa, en este no se entrega efectivo sino una tarjeta para 23 mil personas que residen en las zonas 5,6,7,18,21 y 25.

El exfuncionario sostiene que la FECS es efectiva y el proceso de digitalización es relativamente rápido. Sin embargo, considera que el problema será en el levantamiento de las fichas, ya que el despliegue de personal que haga el trabajo de campo debérá ser mayor y no todos están capacitados para esas tareas.

“En el caso del bono Bolsa Q250 están tratando de subir el padrón de afiliados y esto se hará a través de un recenso, lo cual tomará bastante tiempo. No creo que tengan la capacidad de hacerlo en menos de un mes”, explica.

Según el exfuncionario, los beneficiarios en estos programas no deben dar nada a cambio y solo deben demostrar que viven en condiciones de pobreza o que tienen a su cargo menores y se encuentran en situación de vulnerabilidad.

“Me llama poderosamente la atención que piensan duplicarlo e incorporar más zonas. Es aquí en donde los diputados deben estar alertas a evitar fines políticos por parte del gobierno”, señala.

En cuanto a la base de datos con la que cuenta el Mides para otorgar los Q1000, Velásquez dice que no es suficiente, y solo se generará un descontento social, debido a que solo en un departamento hay miles de familias que no cuentan con el servicio de energía eléctrica.

“Es allí en donde cometen los mismos errores del bono en el tiempo de Giamattei, que la Contraloría tanto ha denunciado”, acotó.

Preocupación

Para Iván Aguilar, gerente de programas de oxfam en Centroamérica, una confederación internacional formada por 19 organizaciones no gubernamentales que realizan labores humanitarias en 90 países, los programas del Mides han funcionado de forma “caótica y poco efectiva, por no tener criterios sistemáticos y objetivos para selección de la población que debe ser beneficiada”.

“Por el diseño de los propios programas, no se sabe que problemática quieren resolver”, señala.

Aguilar considera que la intención del gobierno actual es reestructurar los programas sociales para responder al incremento de precios de los alimentos, aunque considera que debe informarse de forma puntual por qué serán mil los que se entregarán, por qué será solo una entrega, y qué tipo de hogares serán beneficiados.

“Se habla que ayudarán a familias en pobreza y pobreza extrema pero se debe conocer qué criterios utilizarán para identificar esos hogares”, recomienda.

Aguilar refiere que una de las “preocupaciones”, es que no se menciona la conexión de este incremento de precios con el impacto que causó el fenómeno de El Niño en la población que ya sufría de falta de alimentos.

“Hablar solo de precios es que no se tiene el panorama completo de lo que afecta a la población en el área rural”, sostiene.

Agregó:”La estimación de ese monto no está calculada con las pérdidas de autoconsumo de esos hogares, lo que puede suceder es que no van a cubrir la brecha alimentaria que viven esos hogares”.

En qué consisten la FECS:

  • Según el Mides, tiene por objeto obtener información sobre las carencias de la población en salud seguridad alimentaria y nutricional, educación, empleo, vivienda, emigración y migración, gestión de riesgos y participación. El objetivo es establecer condiciones de vida de las personas, analizar los datos y tomar decisiones institucionales y hacer variaciones en los programas sociales.
  • Identificar a la población en mayor condición de vulnerabilidad especialmente a mujeres, mujeres indígenas, mujeres con discapacidad y mujeres jefas de hogar.
  • Se comparte la información con autoridades locales, para elaborar propuestas de programas sociales.
  • Ubica con certeza las viviendas de las personas más vulnerables, a través sistemas de información especializados en actualización de cartografía digital que permiten la representación gráfica de mapas de los municipios priorizados.