Según un estudio, las alergias alimentarias infantiles disminuyeron excesivamente en los años posteriores a que nuevas directrices alentaran a los padres a introducir maní en la dieta de sus bebés.
Durante décadas, a medida que aumentaban las tasas de alergias alimentarias, los expertos recomendaban a los padres que evitaran exponer a sus hijos a alérgenos comunes. Pero un ensayo histórico efectuado en el 2015 descubrió que alimentar a los bebés con cacahuates, o maní, podía reducir en más de un 80 por ciento sus probabilidades de desarrollar una alergia. En el 2017, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas recomendó formalmente el enfoque de introducción precoz y publicó directrices nacionales.
El nuevo estudio, publicado el lunes en la revista Pediatrics, descubrió que las tasas de alergia a los alimentos en niños menores de 3 años disminuyeron después de poner en marcha dichas directrices, y se redujeron al 0.93 por ciento entre el 2017 y el 2020, frente al 1.46 por ciento que había entre el 2012 y el 2015. Esto supone una reducción del 36 por ciento en todas las alergias alimentarias, impulsada en gran medida por un descenso del 43 por ciento en las alergias a los cacahuates.
El estudio también descubrió que los huevos superaron al maní como alérgeno alimentario número 1 en los niños pequeños.
El estudio no examinó lo que comían los lactantes, por lo que no demuestra que las directrices fueran la causa del descenso. Aún así, los datos son prometedores. Aunque todas las alergias alimentarias pueden ser peligrosas, el 80 por ciento de las personas nunca superan la alergia al cacahuate.
“Hablamos de la prevención de un diagnóstico potencial mortal que puede cambiar la vida”, dijo Edith Bracho-Sanchez, pediatra del Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia, en Nueva York, quien no participó en el estudio. “Son datos del mundo real de cómo una recomendación de salud pública puede cambiar la salud de los niños”.
Los científicos no comprenden del todo las causas de las alergias alimentarias, pero algunos creen que el aumento de las tasas de partos por cesárea, la exposición a los antibióticos en la primera infancia y nuestros entornos cada vez más higienizados pueden desempeñar un papel, dijo Jeanna Ryan, médica auxiliar de Salud de la Universidad de Utah.
Sin embargo, los científicos tienen una idea de cómo pueden desarrollarse las alergias. Los alérgenos que se encuentran por primera vez a través de la piel —especialmente la piel abierta o inflamada— pueden inducir al sistema inmunológico a confundirlos con amenazas, dijo David Hill, alergólogo pediátrico del Hospital Infantil de Filadelfia, quien dirigió el nuevo estudio. Pero cuando los alérgenos alimentarios se introducen a través del intestino, esto puede crear tolerancia.
Según una encuesta del 2021, solo alrededor del 17 por ciento de los cuidadores declararon haber dado cacahuates a sus bebés antes de que tuvieran 7 meses. Un ensayo clínico reciente sugirió que los pediatras recomendaban la introducción precoz del cacahuate solo al 10 por ciento de los lactantes de alto riesgo, como los que padecen eccema, y al 35 por ciento de los lactantes de bajo riesgo. Bracho-Sanchez atribuye esos porcentajes al escaso conocimiento de las directrices de introducción precoz y las limitaciones de tiempo de las visitas pediátricas.
“Lo que hemos estado aconsejando —la introducción precoz de alimentos potencialmente alergénicos— está funcionando para reducir las alergias”, dijo Bracho-Sanchez. “Y sabemos que podría funcionar aún mejor”.