La Fuerza policial creada en 2013 para patrullajes en áreas críticas es cuestionada por sus resultados y su función «imperceptible».
Las autoridades policiales afirman que el Grupo de Reacción Inmediata Lobos (Gril) no ha desaparecido y buscan fortalecerlo, mientras que expertos en seguridad y diputados cuestionan los resultados de esa unidad, al afirmar que está focalizada en ciertos lugares y sus operaciones son imperceptibles.
Dicha fuerza policial fue creada en el 2013 con la finalidad de fortalecer los patrullajes en las calles, evitar el asalto a buses y otorgar seguridad en lugares vulnerables donde no es difícil el acceso de los autopatrullas.
Actualmente, 161 elementos policiales conforman dicha unidad policial, el grupo élite está liderado por un oficial tercero, un inspector y un subinspector, quienes estan a cargo de 158 agentes, entre ellos 15 mujeres. En su momento, dicha unidad trascendió por las habilidades que demostraron durante actos públicos y graduaciones, en cuanto al manejo de armas y en la conducción de motocicletas para reaccionar ante un enfrentamiento.
En los años siguientes, el grupo fue desplegado en diferentes zonas de la capital y era común observar su presencia. Sin embargo, durante el gobierno del presidente Jimmy Morales fueron concentrados en la provincia.
Disminución
Aunque no otorgó datos exactos, el director de la PNC, David Custodio Boteo, afirma que si bien en el transcurso de los años las filas de los Lobos disminuyeron, ahora se trata de fortalecerlas, debido a que han logrado resultados, principalmente en la provincia.
El jefe policial indicó que los Lobos están desplegados en Izabal, Antigua Guatemala, Quetzaltenango, así como en las zonas 10 y 14 de la capital. En este último sector se estableció un centro de monitoreo, desde que según el jefe policial se intento cometer secuestro, por lo que los vecinos solicitaron má presencia policial y han otorgado recintos para que los agentes puedan pernoctar. Los Lobos según Boteo, también son designados para montar operativos y detectar vehículos que funcionan como taxis sin autorización o “pirata”.
“Son requeridos a petición de las comunidades donde hay incidencia criminal”, dice el jefe policial, quien afirma que el grupo no ha desaparecido y buscan fortalecerlo con la integración de más personal de las fuerzas especiales que recién se graduaron, puesto que treinta de ellos fueron designados al Grupo Especial Contra las Extorsiones (GECE), creado recientemente para el combate a las extorsiones.
Resultados
Como parte de los resultados de los Lobos, Custodio Boteo afirma que en la Democracia, Escuintla este año se han decomisado 20 escopetas, la mayoría estaban escondidas entre los cañaverales, donde también se han encontrado cadáveres y fue una de las razones por las que se desplegó personal de esa unidad en la región.
«Hay una estructura criminal que opera en ese sector, creemos que los Lobos han logrado resultados, lo que queremos es fortalecer esa unidad y que no desaparezca», afirmó.
Para integrar las filas de los Lobos, los aspirantes deben pasar por pruebas físicas y psicológicas, posteriormente deben recibir capacitaciones para obtener habilidades en combate y manejo de armas.
Los Lobos están equipados con fusiles sofisticados y vehículos motorizados de alta potencia. También portan cascos, chalecos antibalas, rodilleras, coderas y otros implementos para su defensa. En junio de 2023, El Mingob también hizo la entrega de 100 motocicletas para esa unidad.
Presencia
Lizandro Acuña, analista en temas de seguridad y justicia del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Ipnusac), afirma que de acuerdo a monitoreos realizados, los Lobos perdieron presencia y sus resultados son imperceptibles, principalmente en la Ciudad de Guatemala.
“Esta fuerza comenzó en el 2013 con 150 elementos y aun con la cantidad actual no son suficientes para controlar la ola de asaltos que se cometen a cualquier hora, se supone que son de reacción inmediata, pero no se cumple esa función”, afirma.
«Se han cometido asaltos a plena luz del día en al avenida reforma y el personal de la PNC es escaso, esa fuerza policial debería enfocarse en las funciones que le fueron designadas desde su creación», agregó.
Acuña indica que se han efectuado monitoreos en la provincia y la presencia de ese grupo policial es «impercetible».Para el analista, si se trata de un grupo élite, al igual que en otros países, debería ser utilizado para el combate al narcotráfico y pandillas.
Para Walter Menchú, analista en temas de seguridad del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), el grupo de los Lobos ha desaparecido y solo fue sustituido por el GECE, como una estrategia política del nuevo gobierno, que según el analista, es una unidad que no necesita patrullaje motorizado para combatir las extorsiones.
“El Gece debería ser una fuerza para combatir el robo a peatones, robo motos, asaltos a los buses, en los lugares donde frecuentemente hay asaltos, más que un cambio de estrategia fue solo un cambio de nombre para sustituir a los Lobos”
Carencias
Durante una citación con diputados, los mandos policiales afirmaron que hay 48 motos modelo 2013 asignadas a los Lobos que se encuentran en circulación, otras 35 en fase dictamen técnico y 12 en reparación. Sin embargo, 60 motocicletas modelo 2022 tuvieron desperfectos mecánicos y se encuentran en reparación.
El diputado José Chic pidió a los mandos policiales un informe de la cantidad de elementos que conforman esa fuerza policial, y la forma en que opera, al considerar que están focalizados en determinadas regiones y sus resultados se desconocen.
Sustituidos
Como una fuerza alterna, durante este gobierno se creó el Grupo Especial Contra Extorsiones (GECE), integrado por 440 agentes, con una disposición de 400 motocicletas y dos autopatrullas.
En la primera fase, el Gece estará operando en las zonas 6 y 12 de la capital y en Villa Nueva. Su función principal es el combate a las extorsiones. Mientras los investigadores recaban la denuncia y efectúar las pesquisas, el personal motorizado se encarga de otorgar seguridad perimetral para evitar represalias en contra de la víctima y del personal policial.