La Procuraduría General de la Nación (PGN) confirmó que 68 de los 160 niños, niñas y adolescentes rescatados por presuntos abusos de la secta ultraortodoxa Lev Tahor el 20 de diciembre de 2024 fueron trasladados al extranjero bajo el esquema de retorno asistido, con apoyo del Ministerio de Relaciones Exteriores y acuerdos bilaterales con Estados Unidos, Canadá e Israel.
Además, 62 menores continúan bajo medidas de protección en Guatemala, distribuidos en 23 procesos judiciales activos. Las audiencias de verificación siguen en marcha, según explicó la jefa de la Procuraduría de la Niñez y la Adolescencia, Lucrecia Prera.
“La solicitud de PGN ha sido clara: los progenitores no pueden ser considerados recurso familiar mientras no haya una desvinculación real del grupo y se demuestre que no representan un peligro”, puntualizó Prera.
En los casos donde familiares no vinculados a Lev Tahor han demostrado condiciones adecuadas, los jueces han autorizado reunificaciones.
Nacidos en Guatemala
“El 80% de los niños nacieron en Guatemala, pero no tienen vínculos familiares ni entornos seguros aquí. Por eso se gestionaron mecanismos de protección en otros países”, señaló Prera.
Israel detalló ayer que ya repatrió a diez familias de la secta Lev Tahor, incluidas 20 niñas y niños trasladados desde Guatemala, con el objetivo de rehabilitarlos e integrarlos a la sociedad.
Los menores, calificados por autoridades israelíes como “supervivientes de la secta”, quedaron bajo custodia de uno de sus progenitores, según un comunicado de la Knéset.
Las autoridades educativas y de salud israelíes advirtieron que algunas familias rechazan apoyo psicológico para los menores, mientras intentan ubicarlos en el sistema escolar, en algunos casos en colegios ultraortodoxos sin plena supervisión estatal.
Otros 30 menores fueron reunificados en el país. 22 fueron restituidos a sus familias por orden judicial, mientras que 8 eran hijos de familias guatemaltecas que se habían integrado a Lev Tahor. En estos últimos casos, se recomendó que parientes cercanos no vinculados al grupo asumieran su cuidado.
“Identificamos ocho casos de familias guatemaltecas dentro del grupo. En esos casos no es posible hablar de retorno internacional, pero se propuso que sus propios familiares fungieran como recurso familiar”, explicó Prera.
La PGN insistió en que su trabajo se ha centrado exclusivamente en proteger a los menores:
“Nuestro enfoque ha sido garantizar la integridad y bienestar de la niñez. No juzgamos motivos religiosos o políticos, sino las condiciones objetivas de riesgo y vulneración de derechos.”