Entre la selva y la fauna de Petén se encuentra el Parque Arqueológico Nacional Yaxhá–Nakum–Naranjo, con más de 37 mil hectáreas de extensión y más de 282 sitios arqueológicos. Además de las ruinas y la biodiversidad, este parque ofrece al turismo nacional y extranjero un humedal de importancia internacional, según Jorge Mario Vázquez, director del Parque Nacional Yaxhá–Nakum–Naranjo del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap).

Durante el 2025, hasta octubre, Petén recibió 457 mil 889 turistas no residentes y 655 mil 161 turistas residentes en el país. La época más fuerte fue durante la Semana Santa, cuando se contabilizaron más de 104 mil llegadas al departamento, según datos del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat).

A pesar de ser un destino llamativo, Petén enfrenta dos problemas clave que impiden que sea considerado un destino de clase mundial: la infraestructura y la intermitencia del servicio de energía. Juan Carlos Sagastume, empresario petenero del sector turístico, sostiene que el acceso es de suma importancia, especialmente la calidad de los caminos hacia los sitios turísticos.

Por otro lado, Petén experimentó construcción de subestaciones alrededor del 2011, pero fue a partir del 2018 cuando comenzaron a notarse problemas en la regulación del voltaje en las líneas que abastecen al departamento, explica Juan Fernando Castro, viceministro de Energía del Ministerio de Energía y Minas (MEM).

Entre el 2023 y el 2024, la demanda energética en Petén creció aproximadamente 25%. Solo en el 2025, el crecimiento fue cercano al 8%, señala Óscar Iturra, gerente de Distribución de Energuate.

El riesgo de no resolver estos problemas es que el departamento quede rezagado frente a competidores clave, como Cartagena, Machu Picchu o Cancún, advierte Fernando Pineda, vicepresidente de la Comisión de Turismo Sostenible de Agexport.

Sin planta no hay operaciones

Para medir la calidad energética de un sector es necesario considerar tres aspectos, explicó Carlos Colom, expresidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE): primero, la existencia de suficiente generación eléctrica para satisfacer la demanda; segundo, contar con suficientes líneas de transmisión de alto voltaje, y tercero, disponer de subestaciones que permitan reducir el voltaje que viaja en las líneas de transmisión para su distribución en la región.

Sobre este punto, Iturra indica que Petén se abastece mediante líneas de 69 kV que transportan energía desde Modesto Méndez, en Izabal, y desde San Julián, en Cobán. “Son líneas muy extensas y cuando hay una falla, en Petén se comienzan a ver muchas oscilaciones”, afirma Iturra.

Planta generadora de energía fuera de una farmacia en Petén para el cuidado de los medicamentos. (Foto Prensa Libre: Juan Diego González)

En cuanto a subestaciones, Petén cuenta con cinco para distribuir la energía en toda la región: Poptún, Ixpanpajul, Melchor de Mencos, La Libertad y Sayaxché. Entre todas, se supera una capacidad de 50 MW, señala el viceministro Castro, quien agrega que el departamento dispone, además, de un punto de generación de gas natural, denominado Ocultún, con el cual se producen 14 MW.

Castro resalta que una línea de 69 kV, por su longitud, no tiene la capacidad de mantener una regulación estable del voltaje. A pesar de este problema, Colom subraya que la principal dificultad radica en que no se pueden construir nuevas líneas de transmisión con la velocidad y el volumen necesarios, debido a que se requiere contar con derecho de vía, estudios de impacto ambiental y licencias municipales.

Como consecuencia, los cortes de electricidad se han vuelto frecuentes en el departamento, lo cual ha obligado a las empresas a buscar otras alternativas para seguir operando. “Ya no es un tema de incomodidad, sino de supervivencia para el negocio”, advierte Pineda.

Para operar un negocio en Petén, es indispensable que los empresarios cuenten con plantas eléctricas propias, cuyo precio más accesible ronda los Q15 mil, según Pineda, quien añade que también deben considerarse gastos de mantenimiento mensual, como el cambio de aceite, combustible y filtros.

Retos de operación al límite

Tanto los residentes de Petén como los empresarios que trabajan en la zona se han visto afectados por los problemas eléctricos, según Sagastume, quien advierte que, debido a la falta de constancia en el suministro, se dañan computadoras, refrigeradoras y otros equipos eléctricos, incluso si están protegidos.

“Por eso tenemos un generador. Hoy nos avisaron que no habría luz durante el día, por lo que debemos encenderlo, porque en turismo el visitante no acepta excusas. No puedo decirle a un europeo que no hay luz”, afirma Sagastume. Agrega que es necesario garantizar una buena experiencia a los visitantes, aunque ello implique asumir gastos personales.

Pineda expone que muchos hoteleros, restaurantes y empresas turísticas se quejan de las variaciones de voltaje y de los frecuentes cortes de energía, lo cual afecta directamente sus operaciones: se detiene el servicio, se pierden insumos y se dañan equipos.

Castro señala que el problema energético de Petén se manifiesta en dos vertientes: por un lado, existe una saturación de transformadores, y por otro, una deficiente regulación del voltaje, lo cual provoca las irregularidades en el sistema eléctrico del departamento.