Entre las víctimas se encuentran dos hermanos y una futbolista desaparecida.
La localización de los cadáveres de 26 personas en una fosa clandestina en el centro de El Salvador ha generado opiniones encontradas en el Congreso este lunes, entre los que señalan que la oposición usa el tema con interés político y quienes critican al Gobierno.
El ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, afirmó recientemente que en una finca de la localidad de Nuevo Cuscatlán, cercana a San Salvador, se localizó esta cantidad de víctimas.
Entre las víctimas se encuentran dos hermanos y una futbolista desaparecida, quienes fueron asesinados y enterrados en este lugar.
«Hemos extraído de esa finca 23 cadáveres más», sostuvo el pasado viernes Villaforo e indicó que el lugar era utilizado como cementerio clandestino por un pandilla.
El diputado Ricardo Godoy, de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena), señaló que ven «con mucha preocupación la irresponsabilidad con el tema de los hallazgos de fosas».
Dijo que, a su juicio, el presidente Nayib Bukele «opta por no asumir» el tema porque «le baja mucho a su popularidad».
Por su parte, el diputado Romeo Auerbach, de la oficialista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), dijo a la prensa que «la oposición sigue agarrando cada cosa como una cosa política».
Añadió que no quiere pensar «que esa sea la triste intención de la oposición (de) pensar que es una política de Estado que existan fosas».
«No están colaborando con el esclarecimiento de las cosas, sino que están tratando de llevar agua electoral a su molino», agregó el legislador.
De las 26 víctimas localizadas en el lugar, las autoridades únicamente han identificado públicamente a los hermanos Karen y Eduardo Guerrero Toledo, y la futbolista Jimena Ramírez, cuyas desapariciones consternaron a los salvadoreños.
Israel Ticas, uno de los forenses más reconocidos en el país y que trabaja para la Fiscalía, ha señalado en diferentes ocasiones que si una persona pasa más de ocho días desaparecida existe una alta probabilidad de que haya sido asesinada y enterrada en un cementerio clandestino.