Autoridades guatemaltecas reportan que en lo que va de 2023 solo han aterrizado en el país tres avionetas cargadas con cocaína. Los hechos han ocurrido en Quiché y Petén.
El Ministerio Público (MP), el de Gobernación y el de la Defensa confirman que en lo que va de 2023 únicamente han aterrizado tres aeronaves con cargamentos de cocaína. En casi todos han incautado la droga, pero no reportan capturas.
La primera aeronave detectada por las autoridades guatemaltecas fue el 7 de febrero de 2023. Esta aterrizó en la aldea La Reformita, en el municipio de Ixcán, Quiché. No incautaron droga ni tampoco reportan capturas.
La siguiente fue el 18 de febrero de 2023 en la comunidad Nuevo Amanecer del municipio de San Andrés, Petén. En la avioneta localizaron 21 bultos con 441 paquetes de cocaína. No reportan aprehensiones.
La última aeronave, según el vocero del Ejército, la hallaron en el caserío El Colorado, en el municipio de Sayaxché, Peten, el 4 de marzo de 2023. En el interior de la nave había 35 bultos con 814 paquetes de cocaína. Sin capturas, de nuevo.
Desde entonces las autoridades no reportan ninguna más. La cifra se mantiene en 3 y contrasta con las 49 del 2019, último año de gobierno de Jimmy Morales, y las 41 del 2020, el primero en la administración de Alejandro Giammattei.
Verificar fronteras y más
Mario Mérida, especialista en temas de narcotráfico, se hace tres interrogantes respecto de la disminución del aterrizaje de aeronaves en territorio nacional.
“Es posible que los grupos criminales hayan cambiado las rutas y las pistas, debido, en parte, a la destrucción de estas últimas por parte de las autoridades”, explica.
Mérida, que fue director de Inteligencia Militar (1993) y ex viceministro de Gobernación (1993-1994), cree, como segunda teoría, que las estructuras “hayan emigrado, creado otras rutas, quizás vías marítimas, menos esperadas por la autoridad y más seguras para llegar al destino que es México y por ende Estados Unidos”.
Y una tercera posibilidad, indica Mérida, es que ahora usen pistas en Honduras, Nicaragua o Chiapas, México.
“Es posible que aterricen allá, en esos países, y luego, por tierra, continúan el recorrido hacia México y los Estados Unidos, que es el mercado final de la droga”, revela.
Mérida plantea que Centroamérica ha sido considerado siempre por los grupos narcotraficantes “como un portaviones fijo que les permite servir como puntos de llegada hacia el destino final de la droga, Estados Unidos”.
“Habría que hacer un análisis de como está el control en estos países, especialmente en Honduras y Nicaragua, para movilizar la droga, y de ahí plantearse qué ocurre en Guatemala”, añade.
Guatemala es geoestratégicamente importante para el narcotráfico porque comparte poco más 968 kilómetros lineales de frontera con México.
Capturas e incautación
La Fiscalía de Delitos de Narcoactividad del MP confirma que hasta ahora han sido “únicamente tres aeronaves las que han aterrizado en Guatemala, de las cuales en su totalidad se ha hecho incautación de ilícitos”.
Según el ente investigador, “la disminución puede verse motivada por diversos factores, entre estos el aumento de la presencia de las fuerzas de seguridad en puntos clave”, por ejemplo.
Además, por la inhabilitación de pistas clandestinas, “la aprehensión de actores claves en la coordinación de ese tipo de dinámica, la utilización en un alto porcentaje de los territorios de Honduras, Belice y México”.
También por “el cambio de recorrido de las trazas ilegales, ya que se ha visto también un aumento de los trayectos hacia el Caribe”, explican a Prensa Libre.
Según fuentes de la Fiscalía “la forma de trasegar se mantiene, ya que siempre se va a utilizar el tráfico terrestre, aéreo y marítimo, sin embargo, lo que cambia son las formas de ocultamiento o de estrategias de evasión”.
“Hasta la fecha van 248 días sin traza ilícita en Guatemala”, aseguran.
Mientras que el jefe de la Subdirección de Análisis de Información Antinarcótica (SGAIA) de la Policía Nacional Civil (PNC), Helver Beltetón, coincide en que la disminución en el ingreso de trazas ilegales “deriva de un trabajo articulado y estratégico de las instituciones que combatimos el flagelo de la narcoactividad”.
Beltetón cree que el trabajo de su equipo en la SGAIA y el de la Unidad Aérea del Ministerio de Gobernación (Unagob), ha sido clave para contrarrestar la llegada de narcoavionetas a territorio guatemalteco.
“A través de estas unidades en conjunto con el Ministerio de Defensa y el Ministerio Público, se han desarrollado acciones operativas y preventivas que han permitido la interceptación de varias aeronaves a nuestro territorio”, explica.