Una cárcel en Ecuador quedó el miércoles rodeada por un fuerte cordón militar, que incluía una tanqueta, tras un motín del martes que dejó al menos 30 reclusos muertos y 42 heridos, en la segunda revuelta más sangrienta del año en este país que sufre una crisis penitenciaria.

La presencia de soldados en los exteriores de la prisión Guayas 1, que es parte de un gran complejo penitenciario en el puerto de Guayaquil (suroeste), fue reforzada -según una fuente castrense- a raíz del la reyerta con armas de fuego entre reclusos pertenecientes a bandas vinculadas a cárteles mexicanos de narcotráfico.

Policías a caballo también resguardaban los exteriores, donde decenas de personas buscaban información sobre el estado de sus familiares encarcelados.

“Queremos información porque no sabemos nada de nuestras familias, nuestros hijos, porque yo tengo mi hijo aquí, no sé nada de mi hijo”, manifestó una mujer que no reveló su identidad.

Debido a la crisis penitenciaria, alimentada por la sobrepoblación, corrupción, insuficiencia de guardias y violencia, y que ha llevado a las autoridades a declarar al sistema en emergencia desde 2019, los militares apoyan desde hace meses el control exterior de las cárceles.

Los enfrentamientos armados se registraron el martes en la prisión Guayas 1, con un saldo de al menos 30 presos muertos y 52 heridos, precisó el miércoles el director del organismo gubernamental a cargo de las prisiones (SNAI), Bolívar Garzón.