Los últimos migrantes haitianos que acampaban desde hace una semana en plena frontera con Estados Unidos levantaron este viernes su campamento, tras un acuerdo con autoridades mexicanas que los reubicaban en un albergue, constató la AFP.
Tras un recorrido por el parque Braulio Fernández de la norteña Ciudad Acuña (Coahuila, norte), donde los migrantes se habían instalado, la AFP observó que apenas quedaba una veintena -de un grupo original que llegó a unos 600– que subían sus pertenencias a camionetas destinadas a trasladarlos al recinto donde permanecerán mientras resuelven su estatus migratorio.
El secretario de ayuntamiento de Ciudad Acuña, Felipe Basulto, confirmó que la gran mayoría de ellos accedió a ser trasladada y se instalaba en el espacio acondicionado para ellos.
En el albergue, conformado por un amplio patio y al menos dos grandes salones, los haitianos fueron recibidos por numerosos voluntarios, principalmente miembros de iglesias locales, que les ofrecieron comida y bebida, mientras sonaba música alegre en un ambiente casi festivo, atestiguó la AFP.
Basulto dijo que los caribeños que permanezcan en el recinto no serán “ni detenidos ni deportados” y que se dieron instrucciones para que puedan movilizarse por la ciudad “con total confianza”.
El traslado inició en horas de la tarde cuando una comitiva de autoridades municipales, en representación del Instituto Nacional de Migración (INM) y con acompañamiento de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, ombudsman), ingresó al campamento para presentar la propuesta.
Basulto aseguró que los haitianos contarán con alimentación, servicios médicos y seguridad en el recinto que será administrado por el INM.
“La idea de que el Instituto Nacional de Migración sea quien lo administre es precisamente para que les ofrezcan una alternativa de estancia legal en el país”, agregó el funcionario.
El retiro de los haitianos ocurre horas después que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador afirmara que no quiere que su país se convierta en “un campamento de migrantes”.
El mandatario izquierdista urgió además a Estados Unidos a acelerar una anunciada partida de US$4.000 millones para invertir en los países donde se originan los flujos migratorios.