La entidad ha arrendado el inmueble por cuatro años.
El lujoso edificio que el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) alquila en la zona 9 de la capital contrasta con las personas a las que, según la cartera, debe atender: ciudadanos en pobreza.
Los registros públicos detallaron que hasta ahora la institución ya ha pagado Q55.12 millones por utilizar el inmueble de siete niveles y cinco sótanos, el cual empezó a ser ocupado por la entidad en septiembre de 2018.
El monto erogado por el arrendamiento aumentará. Esto se debe a que el Mides tiene un contrato vigente con la sociedad Plaza Empresarial, la propietaria del edificio y a la que aún falta pagarle la renta de septiembre y octubre del presente año.
En dicho acuerdo, la cartera se comprometió a cancelar Q1.15 millones mensualmente de alquiler, por lo que el monto pendiente de abonar asciende a Q2.30 millones. En total, la suma gastada llegará a los Q57.42 millones.
Si bien el ministro Raúl Romero ofreció concluir con el arrendamiento de este exclusivo inmueble, eso no sucedió. Por el contrario, el funcionario ha aprobado los contratos para que las oficinas de la institución se mantengan en ese lugar.
La Subdirección de Servicios Generales de la cartera, en un oficio de marzo pasado, propuso que se siguiera utilizando este bien, ya que el mismo “ofrece amplias instalaciones tanto para los usuarios internos y externos”.
Esa dependencia también justificó que se continuará con este alquiler, debido a que el Mides debe estar en una ubicación física de “fácil acceso” para evitar que los usuarios incurran en “gastos adicionales” en sus traslados.
Alternativas
elPeriódico le consultó a Wálter Gómez, vocero del Mides, si la institución ha buscado otro inmueble en el que la renta sea más económica, si ha ponderado adquirir uno propio o requerir a la cartera de Comunicaciones la construcción de un edificio.
Esta última entidad gastará Q39.52 millones para hacer una edificación de tres niveles para el Ejército. El portavoz manifestó que enviaría las respuestas a las interrogantes, pero al cierre de esta edición no habían sido recibidas.