Seis personas murieron en un ataque armado en una casa en Chinautla, donde fueron localizadas armas y municiones.

Durante la noche del 17 de junio, los Bomberos Voluntarios fueron alertados por un ataque armado en una vivienda en su mayoría construida con láminas en el sector 7 de la colonia San Julián, zona 6 de Chinautla.

En un principio, los paramédicos evaluaron a cuatro personas en el interior de la residencia, pero carecían de signos vitales, ellos fueron identificados como:

  • William García, de 25 años
  • Marvin García, 21
  • Isaías García, 18

Los tres eran hermanos y la identificación estuvo a cargo de otro hermano, José Agustín García.

La cuarta persona fallecida fue Maicol Gerónimo Rosales, 35, quien era inquilino en el domicilio.

Bomberos trasladaron a dos mujeres en estado crítico a la emergencia del Hospital San Juan de Dios, una de ellas era la madre de los jóvenes de apellido García, identificada como Matilde Agustín Sas, de 52 años.

Más adelante, los técnicos en urgencias médicas dieron a conocer que las dos personas movilizadas en ambulancia murieron.

Una de las mujeres fue identificada como Joselin Karina Lázaro Hilario, de 24 años.

Socorristas reportan que en el lugar resultaron seis menores de edad ilesos.

La Policía Nacional Civil (PNC) detalló que el mayor de los niños tiene aproximadamente 11 años, mientras el más pequeño se trata de un bebé de algunos meses.

La hipótesis de la PNC es que uno de los tíos de los menores los escondió en diferentes cuartos bajo la cama, además, detalla que las habitaciones son amplias.

«Al parecer ellos estaban también dentro de los cuartos dónde están los fallecidos, pero hasta el fondo», amplia uno de los investigadores.

Armas y municiones localizadas

Personal del Ministerio Público (PNC) y agentes de la PNC al lugar del ataque para llevar a cabo una inspección donde fueron incautados dos armas de fuego, uno de ellos un fusil.

Las autoridades investigan si la masacre se relaciona con problemas internos entre miembros de la clica Crazy Rich de la pandilla Barrio 18 por tema de narcomenudeo.

De acuerdo a investigadores, pandilleros intentan ocupar espacios tras la desarticulación permanente de estructuras.

Además, la PNC considera que el inmueble podría haber sido utilizado como centro de coordinación de actos criminales, así como supuesto centro de distribución de droga y una pugna por el control del narcomenudeo.

Otra hipótesis del caso es acerca del inquilino que recientemente habitaba la residencia, ya que se presume que pertenecía a una pandilla.