La modelo mexicana estuvo en una relación sentimental con Edgar Herrera Pardo, “El Caimán”, y fue detenida por su vínculo directo con las actividades ilícitas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

A lo largo de los años, han sido varias las reinas de belleza que han llamado la atención de algunos de los narcotraficantes más poderosos y temidos del mundo.

El dinero, los lujos, y el poder han terminado seduciendo a estas hermosas mujeres, quienes se han convertido en parejas sentimentales de los capos del narcotráfico más importantes de los últimos años.

Un claro ejemplo de esta situación se dio con Maine de la Cruz, quien fue detenida en agosto de 2019 en un operativo realizado en San Luis Potosí mientras se encontraba en compañía de su novio Edgar Herrera Pardo, mejor conocido como “El Caimán”.

Ambos fueron detenidos por la policía mexicana por mantener un estrecho vínculo con Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, conocido por ser el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Añadido a esto, Maine de la Cruz y “El Caimán” fueron acusados de varios delitos contra la salud en su modalidad de narcotráfico.

Lea también: El escalofriante día que Francisco Rafael Arellano Félix secuestró a una reina de belleza y la obligó a casarse con él

Maine de la Cruz saltó a la fama en 2016 luego de ser coronada como reina de belleza tras ganar un concurso de bikinis organizado en el Caliente Casino, ubicado en Tijuana.

Durante su audición para el concurso, Maine reveló haber terminado sus estudios de preparatoria y mencionó varios de sus pasatiempos.

La futura modelo comentó que en su tiempo libre le gustaba ver futbol, bailar, escuchar música y jugar con sus mascotas.

Sin embargo, tras este concurso la modelo mexicana conoció a “El Caimán” y se adentró al mundo del crimen organizado al entablar una relación amorosa con el miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación.

Además: Belleza trágica: el brutal caso de Miss Jalisco que terminó asesinada por traicionar a “El Señor de los Cielos”

Maine de la Cruz comenzó un amorío con Herrera Pardo, quien era el jefe de la plaza de Tijuana de la organización criminal liderada por “El Mencho”, y poco después comenzó a involucrarse directamente en las actividades ilícitas de su pareja.