El Congreso reafirmó una ampliación presupuestaria haciendo uso de la herencia legislativa del PP, Líder y Vamos.
En 15 días, la actual alianza oficialista confirmó una ampliación presupuestaria, pero para hacerlo recurrió a prácticas de otras legislaturas que en su momento fueron cuestionadas.
Esto, según registros documentales y la opinión del analista independiente Alejandro Quinteros, quien expuso lo que a su juicio es una serie de “vicios” que no son nuevos en el hemiciclo.
El Legislativo aprobó una primera ampliación presupuestaria el 13 de agosto. Para conseguirlo mantuvo un evento de votación vigente por más de una hora.
La Corte de Constitucionalidad (CC) dejó en suspenso ese primer decreto, pero el martes último, otra vez de urgencia nacional, el Congreso reafirmó la ampliación.
Diputados de la oposición señalaron que pidieron la palabra y fueron ignorados, lo cual criticaban los ahora oficialistas durante las presidencias de Vamos al frente de la Junta Directiva.
“La dinámica parlamentaria podríamos decir que es la misma que en las legislaturas anteriores, o incluso peor, porque Movimiento Semilla, ahora bancada independiente, se ha presentado como diferente y no más de lo mismo, pero está haciendo exactamente las mismas cosas”, destacó Quinteros.
En la legislatura pasada era habitual que Vamos negara la palabra a la oposición, pero ahora Allan Rodríguez, expresidente del Legislativo y jefe del bloque Vamos, reclamó ante una situación a la inversa.
“Esa es la venganza y un ciclo negativo del que Guatemala no sale ni se ve que salga. Aquellos me lo hicieron, entonces yo se los hago cuando esté sentado en el poder”, remarcó Quinteros.
Otras prácticas
El analista y los registros documentales demuestran otras maneras de conseguir lo que buscaban legislaturas anteriores, aunque estas no se observaron en la aprobación del reajuste.
El desaparecido Partido Patriota (PP), con Gudy Rivera en la presidencia, desintegraba la Junta Directiva para interrumpir la sesión. Asimismo, Roberto Villate, con el también cancelado partido Líder, en una ocasión pasó hablando por más de cinco horas.
Durante el mandato de Álvaro Colom, el PP —como opositor—, a último momento se bloqueó la discusión del proyecto de presupuesto, y la entonces Junta Directiva paró las agujas del reloj dentro del hemiciclo para concluir con la aprobación del decreto, que tenía plazo constitucional.
Otras prácticas reguladas en la Ley orgánica del Congreso es dar lectura rápida a las iniciativas que se conocen, pero sin caer según expertos, en el filibusterismo —o bloqueo al trabajo parlamentario—.
No obstante, el uso excesivo de la palabra se utiliza para que diputados recorran los pasillos en busca de otros congresistas mientras se consiguen los acuerdos.
Por este tipo de prácticas, desde el 2012 en el Congreso existe un Manual de procedimientos legislativos y prácticas parlamentarias”, que establece cuáles son las atribuciones de los legisladores.
Hay otros métodos que son usados para frenar las sesiones. Según fuentes parlamentarias, uno utilizado de manera habitual por el expresidente del Congreso, Mario Taracena.
El mismo consistía en «ofender» a otros diputados para buscar la suspensión de la sesión.
Bases legales
A diferencia de la primera ampliación, que fue suspendida, la segunda cuenta con bases legales sólidas, según el constitucionalista Edgar Ortiz.
“El argumento de un fraude de ley me parece débil, porque la CC no está diciendo que no se haga ninguna ampliación presupuestaria. La CC está diciendo que no se puede interrumpir una interpelación para aprobar una ampliación presupuestaria”, hizo ver.
Algunos diputados opositores dijeron en la sesión que analizarían acciones legales, pero a criterio de Ortiz, por haberse aprobado la ampliación con una iniciativa de ley nueva, no existiría impedimento legal para el decreto 17-2024.
“El Congreso conoció una iniciativa nueva y no está sujeta al amparo de la corte. No lo está, en mi opinión, porque la CC no cuestionó el fondo de la ley que se discutió, sino que no se podía interrumpir la interpelación”, insistió.
Otros comentarios van encaminados a que el amparo en la resolución definitiva podría dejar vigentes dos decretos por la misma ampliación. Sin embargo, Ortiz considera que existen los mecanismos parlamentarios que resuelven este tipo de dilemas.
“Qué pasa si en sentencia la CC dice que siga el decreto 16–2024; habría dos ampliaciones. Pero recordemos que el Congreso no había mandado al Ejecutivo el decreto. Hay un precedente del presupuesto del 2020 y el Congreso puede archivar una iniciativa aprobada si el pleno así lo decide”, remarcó.
El decreto por la nueva ampliación al presupuesto se logró con 114 votos, según los registros.