La justicia llega demasiado tarde para Alexander McClay Williams, ejecutado hace 91 años, cuando tenía 16, por un crimen que no cometió. Un juez de Filadelfia ha declarado “nolle prosequi” la condena, retirando oficialmente todos los cargos contra este joven afroamericano acusado de homicidio.

El empeño de Sam Lemon, bisnieto del que fue su abogado defensor, William H. Ridley, el primer afroamericano que entró en el colegio de abogados del condado de Delaware, han hecho posible esta revisión de la historia judicial estadounidense.

El abandono de los cargos contra Williams “es un reconocimiento de que las acusaciones contra él nunca deberían haberse producido”, dice el fiscal del distrito Jack Stollsteimer en un comunicado fechado el 13 de junio.

“Tristemente, no podemos deshacer el pasado. No podemos reescribir la historia para borrar los agravios atroces de nuestros antepasados. Sin embargo, cuando, como en este caso, se puede hacer justicia reconociendo públicamente nuestro error, debemos aprovechar esa oportunidad”, sostiene el fiscal, que espera que con esta decisión, tanto la familia del joven como su abogado “puedan estar en paz”.