El periodista Jose Rubén Zamora fue enviado de nuevo a la cárcel Mariscal Zavala, en la zona 17, donde según el Sistema Penitenciario (SP) y sus familiares, se encuentra en la misma celda que ocupó antes de recobrar su libertad condicional. De acuerdo con sus allegados, la habitación “irrita los ojos y congestiona la nariz por estar húmeda y sucia”.

Desde el 29 de julio del 2022, cuando fue detenido Zamora, ha recibido intimidaciones psicológicas, según las denuncias que han hecho públicas él y su familia. Organizaciones internacionales han condenado su captura. El periodista salió en libertad condicional el 19 de octubre de 2024, después de permanecer 813 días en prisión.

La cárcel Mariscal Zavala, a donde Zamora fue retornado, está ubicada dentro de la Brigada Militar del mismo nombre, en la zona 17 de la Ciudad de Guatemala. Fue establecida en el 2010 como una medida temporal para alojar a personas de alto perfil y cuya seguridad pudiera estar en riesgo en otros centros penitenciarios. El expresidente Alfonso Portillo fue uno de los primeros en ser trasladado a este centro en agosto del 2010.

José Carlos Zamora, hijo de Rubén Zamora, confirmó que su padre regresó a la bartolina 2 de la sección de aislamiento. Sin embargo, ha tenido que limpiarla de nuevo, ya que la celda se encuentra «llena de tierra y húmeda».

Aunque tenía una ducha eléctrica, esta se quemó por la inestabilidad de la corriente eléctrica. Además, cuando salió, se llevó el microondas, explicó José Carlos. No obstante, afirmó que las autoridades penitenciarias le permitirán reinstalar un calentador y llevar un horno eléctrico.

Tampoco encontraron la litera que tenía anteriormente, sino una cama convencional. Sin embargo, se le otorgó permiso para ingresar un colchón, a fin de evitar que sufra las mismas infecciones en la piel debido a las pulgas y chinches que había en la habitación.

Por ahora, según José Carlos Zamora, su padre goza de buena salud, aunque temen que vuelva a enfermar.

“Yo no he podido verlo, pero me he comunicado con mi madre y familiares. Ayer, cuando entraron a verlo, me dijeron que salieron con los ojos irritados y la nariz congestionada, porque la celda está muy cerrada y sucia. Ese cuarto tenía meses de estar cerrado”, señaló.

Agregó: “Había moho en las paredes y tierra en el piso. Hay que limpiar. Lo bueno es que dejaron que alguien lo ayude a hacerlo”.

La preocupación, según el hijo del periodista, no es solo su salud, sino también su vida.

“Sabemos cómo son las prisiones en Guatemala. Es algo que siempre nos ha preocupado, porque en las cárceles puede pasar cualquier cosa”, refirió.

En cuanto a las visitas, serán los martes y sábados de 9 a 17 horas, tiempo en el que pueden ingresar familiares y amigos.

“Durante el gobierno de Giammattei, en la cárcel fueron muy duros y no dejaban entrar a nadie. Varias veces no permitieron el ingreso de mi mamá y a él le decían que nadie había llegado”, lamentó.

El SP confirmó que Zamora se encuentra en la misma celda que ocupaba anteriormente y que cuenta “con los servicios básicos, así como con las medidas de seguridad necesarias. Tiene derecho a visitas y a recibir encomiendas”.

Durante sus primeros días en esa cárcel, denunció intimidaciones de otros internos, quienes le proferían amenazas frente a la puerta de la celda. También afirmó haber padecido enfermedades de la piel por dormir en un colchón con chinches y pulgas.

Cárcel polémica

Desde que se puso en funcionamiento, ese centro de privación de libertad ha sido escenario de varios eventos que han evidenciado desafíos en su gestión y seguridad.

La prisión estaba destinada a albergar a colaboradores eficaces y testigos protegidos. Sin embargo, con el tiempo, se convirtió en un centro de detención para exfuncionarios y figuras públicas acusadas de corrupción, así como para narcotraficantes y otros criminales de alto perfil. Entre los internos destacados que han pasado por esa cárcel se encuentra el expresidente Otto Pérez Molina, junto con otros exfuncionarios de su administración.

A lo largo de los años, la prisión ha sido escenario de varios incidentes mediáticos. En marzo de 2016, el alcaide Mynor Hernández Pérez fue detenido durante una inspección sorpresa, luego de que se le encontraran Q6 mil en efectivo. Las autoridades sospecharon que el dinero provenía de sobornos a cambio de otorgar privilegios a los reclusos.

En julio de 2017, se realizó una inspección en el sector femenino del centro, tras denuncias de supuestos abusos sexuales contra una interna. En enero de 2025, un miembro de la pandilla Barrio 18 fue asesinado dentro de la prisión por otro recluso de la misma estructura criminal.

Hacinamiento

Walter Menchú, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), refiere que en enero de este año dicha cárcel albergaba a 191 personas, aunque su capacidad es de 136. Esto significa una tasa de ocupación del 140 % y una tasa de hacinamiento del 20%.

Menchú indica que en términos generales, en diciembre había un total de 23 mil 17 privados de libertad en 6 mil 842 espacios disponibles en todas las cárceles del país. Esto equivale a una tasa de ocupación del 336% y una tasa de hacinamiento del 219%.