Irlanda prohibirá a partir del próximo año la venta de los combustibles sólidos domésticos más contaminantes, como el carbón o cierta leña, aún muy populares en las zonas rurales de este país, pero cuyo humo es responsable de miles de muertes prematuras cada año.
El Gobierno de Dublín, de coalición entre centristas, democristianos y verdes, anunció este martes que la nueva regulación entrará en vigor a partir de septiembre de 2022, con tiempo suficiente para que el sector adopte alternativas menos dañinas para la salud y el medioambiente.
El ministro irlandés de Medioambiente, el ecologista Eamon Ryan, también pidió hoy a la ciudadanía que se adapte a los cambios y explore nuevas vías para decidir qué combustibles sólidos domésticos son los más adecuados.
De acuerdo con la normativa, todas las variedades de carbón y productos derivados, así como combustibles sólidos procesados -como las briquetas de turba-, deberán emitir menos de diez gramos de humo por cada hora de combustión.
A partir de 2025, esa medida deberá caer hasta los cinco gramos de humo por cada hora de combustión, precisó Ryan, quien explicó que el contenido de sulfuro también se reducirá a la mitad gradualmente.