Aunque el huracán Beryl afectará indirectamente Guatemala, las lluvias continuarán en los próximos días; para julio se prevé el ingreso de cinco a siete ondas del este.
La región se enfrenta a uno de los huracanes más potentes del Atlántico en lo que va la temporada de lluvia 2024, se trata de Beryl, que ya pasó por el Caribe y dejó destrozos, entre ellos cinco muertes.
César George, pronosticador del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh), señala que por la trayectoria que mantiene se prevé que afecte de manera indirecta la parte norte del país a partir del jueves, pues estaría ingresando por Belice y la Península de Yucatán, en México.
El resto del territorio nacional continuará con las lluvias propias de la época, como el acercamiento de otra onda del este -sistemas migratorios normales de la temporada- que traerá más precipitaciones esta semana.
Desde el lunes el huracán Beryl alcanzó la categoría 5 con vientos entre los 260 km/h a 270 km/h, su velocidad de desplazamiento aproximada es de 35 km/h, con el paso de las horas este martes pasó a categoría 4 en horas de la tarde, pero, según el Insivumeh, no se descartaba que vuelva a subir de intensidad. Con esos datos se calcula que tocará suelo guatemalteco entre la tarde-noche de este jueves y el viernes, la mayor afectación será entre sábado y domingo.
George indica que la velocidad de desplazamiento de Beryl es comparada con la del huracán Iris que afectó al país el 2001, que al tocar tierra se degrado. Se esperaría que los vientos incrementen para la parte norte del Petén pudiendo alcanzar en algunos momentos velocidades entre 40 km/h y 60 km/h.
“Los huracanes que hemos visto, cuando se acercan a Belice las montañas mayas, que son bastante altas, tienden a disiparlo, por eso, se prevé que podamos tener algunos vientos”, dice el meteorólogo. Sin embargo, podría cambiar su trayectoria en cualquier momento.
A criterio de George es favorable que el huracán se desplace rápidamente, pues esto no le da tiempo a que su radio de acción tienda a crecer en el mar Caribe.
Lluvias copiosas
Los niveles de lluvia que se han registrado en la temporada 2024 son elevados, el Insivumeh indica que en junio llovió entre el 40% y el 50% más de lo que acostumbra a caer en ese mes. Los departamentos que entran en este rango son San Marcos, Quetzaltenango, Sololá y con mayor énfasis la parte costera de Jutiapa.
Lo que se pronostica es que la canícula sea más corta de lo normal. “En julio se presenta una disminución de las lluvias, sin embargo, este año se prevé que no será muy prolongada y puede ser interrumpida por el paso de ondas del este y por lluvias locales. Estamos pronosticando el acercamiento de cinco a siete ondas del este durante julio, y no se descarta la formación de algún sistema tropical que directa o indirectamente afecte al país”, agrega el pronosticador.
La temporada de lluvia que atraviesa el país es comparada con la registrada en 2022, cuando se presentó el huracán Julia. También con el 2020 cuando se manifestaron las tormentas Eta e Iota, y con el 2010 cuando ocurrió el huracán Agatha.
“Hay que tomar en cuenta que nunca habíamos tenido el Atlántico, Caribe y Golfo de México tan caliente como lo vemos este año -entre 1.4 y 1.6 grados más cálido que el 2023-, y esto hace que se pronostique una temporada activa en huracanes”, refiere.
Con el ingreso del fenómeno La Niña, las precipitaciones podrían extenderse hasta noviembre. Dichas condiciones provocarán saturación de suelos y aumenta el riesgo de crecidas de ríos, inundaciones, deslizamiento de tierra y daños en la red vial, como se ha visto hasta ahora, cuando la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) ya reporta 383 carreteras afectadas.
Acciones
Desde el comienzo de la temporada de lluvia, la Conred declaró alerta anaranjada. Hasta ayer se reportaban 945 incidentes ocasionados por las precipitaciones y estaban en riesgo más de 34 mil personas, mientras que 13 han fallecido.
Para atender cualquier emergencia se tiene previsto más de mil 800 albergues en los 22 departamentos del país. En Huehuetenango hay ubicados 364, y es el lugar donde han dispuestos más espacios para dar refugio a población afectada, mientras que en Totonicapán se cuenta nada más con uno.
La Conred indicó que realizan constantes monitoreos de las alertas que genera el Insivumeh con relación a la temporada de lluvias, y mantiene la coordinación de acciones de respuesta inmediata, activación de albergues y de ayuda humanitaria.
Por su parte el Ministerio de Salud también está en alerta con las siguientes acciones:
- Atención de pacientes en albergues habilitados, cuyo tratamiento pueden continuar en el lugar donde están albergados.
- Vigilancia de los problemas de salud que afectan a quienes estén albergados.
- Monitoreo de medidas de higiene en el agua y preparación de los alimentos en los albergues habilitados.
- Atención por enfermedades generadas por lluvias y lesiones de causa externa en los establecimientos de salud.
- La disponibilidad de medicamentos e insumos en los puestos y centros de salud es del 94% y 98%, respectivamente, y en los hospitales ronda el 89%.
- El recurso humano que está apresto ante cualquier emergencia asciende a 39 mil 430 personas, entre médicos, enfermeras profesionales y auxiliares, facilitadores comunitarios, vigilantes de la salud y otros profesionales.