La inseguridad alimentaria y desnutrición infantil se agudizan cada vez más en municipios cercanos a la capital, Sacatepéquez es un claro ejemplo.
Sacatepéquez estaba lejos de figurar entre los departamentos donde la población tiene serias brechas en el consumo de alimentos. Este año tres de cada 10 vecinos están en inseguridad alimentaria, los más vulnerables son los niños: 584 menores de cinco años han sido diagnosticados con desnutrición aguda -reporte al 22 de julio del Ministerio de Salud-.
Es una realidad que contrasta con la estampa de tierra fértil y abundantes cultivos que se asoman desde la carretera Interamericana cuando se transita por el “cerro cubierto de hierba”, como se le conoce al departamento.
“La agricultura está desapareciendo”, dice Walter Osmundo Santizo, párroco de la Iglesia Católica Santo Domingo de Guzmán, al indicar que son las personas adultas las que se dedican a cultivar la tierra, actividad que ha pasado a ser de sobrevivencia extrema.
“Muchos están vendiendo sus tierras por la misma situación económica. Hay muchos terrenos fértiles que están abandonados, pues como dicen: no tiene cuenta invertir tiempo y recursos para no recuperarlo”, agrega el sacerdote, debido a que el precio de insumos como el fertilizante incrementaron más del 60 por ciento, según agricultores.
Menciona que años atrás las cosechas eran abundantes y una fiesta para los pobladores, actualmente son pocos los que tienen “la bendición” de sacar algunos quintales de frijol o de maíz para el consumo.
Actualmente buena parte de la población se ocupa en el quehacer doméstico, cuidar niños o ancianos, trabajan en maquilas y otros oficios que escasamente les generan ingresos, mientras que cada vez son más los jóvenes que migran. “Es una crisis muy crítica la que está pasando” en Santo Domingo Xenacoj, agrega el religioso.
Por otro lado, César Paiz, monitor de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Sesán) de los municipios de Santo Domingo Xenacoj y Sumpango en Sacatepéquez, refiere que quienes se dedican a cultivar lo hace con fines comerciales, y el dinero que obtienen es aprovechado para el consumo de alimentos poco saludables, esto trae malnutrición.
Lo que es innegable es que el fenómeno El Niño, declarado desde julio pasado, amenaza con acrecentar la crisis alimentaria, aún en tierras como las de Sacatepéquez que se consideran fértiles.