En seis departamentos de Guatemala, el Ministerio de Salud ha reportado casos de gusano barrenador del ganado en humanos. Del 6 de mayo al 16 de junio se ha identificado a 16 personas infestadas con larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, especie exclusiva del continente americano.
La primera persona con miasis cutánea —infección parasitaria— ocasionada por las larvas del insecto fue localizada en Chiquimula, y hasta este lunes se han sumado otros cinco casos. Jutiapa también concentra seis; en Suchitepéquez, Santa Rosa, Jalapa y Quiché se ha identificado uno en cada departamento.
El médico Edgar Santos, jefe de la Dirección de Epidemiología y Gestión de Riesgos del Ministerio de Salud, indica que los casos se han detectado en zonas vinculadas con fincas ganaderas o sitios de crianza de caballos. Los pacientes proceden de comunidades rurales y periurbanas de los departamentos mencionados.
Desde hace cuatro décadas no se reportaba presencia de la mosca Cochliomyia hominivorax en la región. Fue en 2023 cuando se comenzó a registrar la infestación en ganado, y en abril de este año se detectó en México el primer caso en humanos. Ese fue el detonante, pues actualmente se reportan personas afectadas en Nicaragua, Honduras, Panamá, Costa Rica y Guatemala.
Riesgo en humanos
El problema se origina por una mosca que desova en el tejido vivo o en heridas abiertas de animales de sangre caliente, comúnmente en el ganado, pero también puede afectar a los humanos. Las larvas del insecto barrenan o perforan los tejidos sanos del huésped, y la lesión puede hacerse más grande y profunda a medida que estos organismos carcomen el tejido vivo.
Están en riesgo las personas con llagas o heridas abiertas, o aquellas con cirugías recientes, ya que estas lesiones atraen a las moscas.
El primer caso reportado en Guatemala fue el de una persona de 86 años con diabetes. La víctima sufrió un golpe en la cabeza provocado por una caída. La herida quedó expuesta, y allí desovó el insecto. El hombre vivía solo, lo que dificultó que recibiera atención inmediata.
La situación de la paciente de tres años fue distinta. La niña presentaba una lesión en el brazo, provocada por la picadura de un insecto. Al rascarse, generó una herida en la piel, que fue aprovechada por la mosca para depositar sus huevos.
El epidemiólogo Kevin Martínez-Folgar explica que el gusano no se transmite de persona a persona. Sin embargo, las lesiones sin limpiar pueden atraer a las moscas. El problema se agrava debido a que la falta de higiene está asociada con condiciones de pobreza —como la carencia de agua segura— y también por la baja cobertura del sistema de salud, lo que retrasa la atención médica hasta que la herida ya está infectada.
Santos indica que las moscas también pueden depositar sus huevos en cavidades con membranas mucosas, como la boca o la nariz, aunque esto no ha ocurrido en Guatemala. Este tipo de infestación representa un riesgo para personas con parálisis cerebral, que permanecen inmóviles por largos periodos o que viven en condiciones de mendicidad.
Uno de los primeros casos reportados en Costa Rica fue el de una mujer adulta con parálisis cerebral, a quien se le detectó el parásito en la boca. La infestación le carcomió las encías y mejillas. La paciente falleció debido a una sobreinfección de las heridas.