Desde hace 12 años, Highland exporta guacamole preparado a distintas partes del mundo: Chile, Estados Unidos, El Salvador y Costa Rica. El 80% de su producción es para exportación y destaca por ser un producto sometido a alta presión, lo que significa que, a pesar de no llevar conservantes, alcanza una vida útil de un año en congelación. “Aquí es donde se genera gran parte del valor agregado”, afirma Josué Soto, gerente de planta de Highland.
Para avanzar en esta cadena de valor, el primer paso es comprender que calidad e inocuidad son aspectos preventivos, no correctivos. Esto permite a las empresas hacer un análisis de peligros y, a partir de ello, impulsar las investigaciones necesarias para exportar a mercados competitivos, según Mynor Ordóñez, encargado del área de proyectos especiales de apoyo a la industria de alimentos en Guatemala y Centroamérica del laboratorio Inlasa.
Los productos transformados o procesados son aquellos que poseen valor agregado, un objetivo hacia el cual, según Ordóñez, debe orientarse el crecimiento del país.
Entre los productos en los que Guatemala podría fortalecerse mediante el agregado de valor se encuentran el cacao —a través de mejoras en calidad y clasificación—; la miel, debido a la variedad de microclimas que favorecen la producción de perfiles distintos; y el cardamomo, que ha experimentado un notable crecimiento en exportaciones y requiere mejoras en clasificación y aprovechamiento de subproductos. Todo esto, según Analicia Paz Pierri de Galindo, investigadora del Centro de Estudios Agrícolas y Alimentarios.
Apertura a nuevos mercados
El aguacate guatemalteco se caracteriza por tener un alto contenido de aceite, lo que se traduce en mayor cremosidad, mejor textura y sabor. Estas cualidades hacen del aguacate de Guatemala un competidor con capacidad para ingresar a mercados internacionales. Al agregarle valor, aumenta su competitividad y se gana flexibilidad en toda la cadena, según Josué Soto.
“Si comparamos el aguacate con el guacamole procesado en planta, en el segundo se aporta un valor agregado clave, ya que es un producto sin conservantes que facilita el manejo logístico, la planificación de inventarios y la distribución internacional”, afirma Soto, quien añade que manejar fruta fresca implica una vida útil más corta y mayor sensibilidad a tiempos y temperaturas.
Además del guacamole procesado, otros productos con potencial para exportarse como bienes de alto valor agregado, según Analicia Paz Pierri de Galindo, son: bebidas, galletas y bocadillos, frutas y vegetales congelados, frutas y vegetales liofilizados, salsas, infusiones y chocolate premium de cacao guatemalteco.
Asimismo, se identifica actualmente una oportunidad para incrementar las exportaciones hacia Estados Unidos. Aunque ya se exporta a ese destino, es un mercado con ventajas, como la cercanía geográfica, señala Soto.
No obstante, dar el primer paso para desarrollar productos con valor agregado no es tarea sencilla. Soto explica que el desarrollo de un nuevo producto toma aproximadamente un año, desde la conceptualización hasta su comercialización en tiendas internacionales. En otros países, este proceso suele ser más ágil y los contratos se concretan en unos seis meses.
