«Unos vecinos habían llamado al 911 para alertar de un presunto campo de entrenamiento de la delincuencia organizada», le dice a BBC Mundo el secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Juan Carlos Oseguera Cortés. «Así que integramos una fuerza con suficiente volumen de fuego para ir a revisar la situación», agrega en lenguaje de jefe de policía.

No es para menos, teniendo en cuenta el dominio del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en la zona y la relativa cercanía de los ranchos Izaguirre y La Vega, supuestos lugares de «reclutamiento y exterminio» de la organización criminal descubiertos en marzo y septiembre.

Lo que esta vez el operativo formado por elementos del Ejército, la Guardia Nacional, policías y agentes de la Fiscalía estatal encontró en aquel predio perteneciente al municipio de Vista Hermosa fue «un gran número de casas de campaña y gente realizando actividades propias de adiestramiento para un cuerpo de seguridad».

Requisaron cuchillos y navajas, una pistola nueve milímetros, 19 réplicas de armas de fuego —»exactamente iguales a las funcionales en peso, medidas y características, solo que no detonan una bala»—, equipo táctico y simuladores de explosivos.

Y detuvieron en flagrancia a 38 hombres que, lejos de reconocerse sicarios de un cartel, aseguraron ser feligreses de una iglesia. «Se identificaron como miembros de La Luz del Mundo y manifestaron que se encontraban entrenando para el fin del mundo, para el Apocalipsis», dice el secretario Oseguera.

A los dos días fueron dejados en libertad, después de que una jueza federal declarara ilegal su detención y al considerar que la Fiscalía General de la República (FGR) no había presentado pruebas para probar los delitos de asociación delictiva y portación de armas de fuego.

Sin embargo, el hallazgo volvió a poner sobre la mesa un asunto que esta iglesia con sede en Guadalajara (Jalisco, México) y presencia internacional ha negado pero al que sus exmiembros, víctimas, testigos, expertos, documentos judiciales y videos internos llevan años apuntando: la existencia de un grupo, militarmente entrenado y armado, cuya función sería proteger al líder y su círculo, así como las propiedades y sedes de la organización.

Y lo hizo coincidiendo con el nuevo juicio en Estados Unidos contra el jefe de La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García.

Mientras cumple los 16 años y 8 meses de cárcel a los que fue condenado en 2022 en California, el llamado «apóstol» enfrenta esta vez en un tribunal de Nueva York cargos relacionados con el crimen organizado y la explotación infantil, algo que tanto él como la institución que encabeza rechazan.