El Presidente pedirá a los altos organismos internacionales que le devuelvan los dos años de gobierno que perdió a causa de la pandemia del COVID-19.
Al frente de una caravana, compuesta en su mayoría por ministros y diputados aliados al oficialismo, el presidente Alejandro Giammattei marchará hacia la frontera de México para detener el avance de la variante ómicron. “Si nos dejan cruzar el Suchiate, iremos más lejos, hasta el Río Bravo y más allá, pues casi todos tenemos visa, aunque los medios de comunicación afirmen lo contrario”, dijo el mandatario el día de ayer, en una conferencia de prensa sobre los peligros de la nueva variante del COVID-19.
El Presidente dijo tener información fidedigna, proporcionada por el Gobierno ruso, de que ómicron llegará del norte y entrará al país por Tecún Umán, procedente de Texas, vía Tamaulipas y Ciudad Hidalgo. “De todas maneras, enviaremos a La Mesilla un batallón de soldados al mando de la fiscal general Consuelo Porras, por si ocurriera una nueva variante en el camino”, aseguró el mandatario.
“Parafraseando a mi insigne antecesor en el despacho presidencial, con esta caravana contra el ómicron quiero decir: ‘¡Ya no!”, expresó Giammattei con lágrimas en los ojos. “Ya no más alertas rojas, ya no más hospitales, ya no más cadenas de información a las nueve de la noche ¡Ya no! Quiero cenar a mis horas, quiero gobernar un país normal, un país sin virus ni patrañas contra mi honradez en el cargo ¡Ya no! Yo no me robé el dinero de las vacunas y lo que los rusos me dieron envuelto en una alfombra, no fue pisto, sino adornitos para mi humilde casa en las faldas del Volcán de Agua. Unas muñequitas de aquellas que se meten una adentro de otra. Estoy dispuesto a devolverlas.”
La amenaza de la B.1.1.529 y de los Illuminati
Lo que hasta la fecha se sabe, es que la B.1.1.529, llamada ómicron, es una nueva variante del SARS-CoV-2, detectada por primera vez en muestras obtenidas el 11 de noviembre de 2021 en Botsuana, y el 14 de noviembre en Sudáfrica. El 30 de noviembre, Estados Unidos la designó como una “variante de preocupación” y, un día después, se identificó el primer caso confirmado en ese país. Es probable que esta variante se propague con mayor facilidad que el virus original y se espera que esta se extienda a Guatemala durante el mes de enero, dado el relajamiento de las medidas de contención durante las celebraciones navideñas.
Para el presidente Giammattei, sin embargo, el peligro de esta variante es una de las tantas invenciones de los Illuminati, en contubernio con Thelma Aldana, Juan Francisco Sandoval e Iván Velásquez, para que su gobierno siga despilfarrando dinero en vacunas. Dinero que bien pudiera invertirse en infraestructura, como la supercarretera para unir Santa María de Jesús con Palín. “Si esta autopista pasa enfrente de mi nueva casa, es puritita casualidad, patrañas de lo que se oponen al desarrollo del país”, explica el mandatario.
Los Illuminati quieren apoderarse del mundo, “comenzando por Guatemala”, opina el Presidente. Y es por eso que se han aliado con los detractores de su gobierno, para derrocarlo, para intentar colocarle un chip en la cabeza, mediante la vacuna, y así provocar que él salga, en horario estelar, diciendo tonterías por la televisión y por las redes sociales. “Revisando mis intervenciones de estos últimos años, yo creo que me inyectaron el chip antes de la pandemia, pero no podría asegurarlo. Investiguen, ustedes, que son periodistas”, continúa Giammattei.
Dos años robados
“Otro de los objetivos de esta caravana, es también llevar una demanda ante los altos organismos de derechos humanos, para que me devuelvan los dos años de gobierno que los Illuminati me han robado, con la excusa de que había que dirigir todos mis esfuerzos a controlar la pandemia del COVID-19. Eso no se vale. Las cuentas no me salen. Yo invertí demasiado para llegar a donde estoy, como para que me vengan con esto. Quiero mis dos años de gobierno. Quiero que me devuelvan lo que invertí regalándole dinero, comida y medicinas a la gente. Quiero que me dejen hacer mis negocios, como dejaron a la mayoría de mis antecesores. Quiero igualdad y justicia”, reclama el Presidente visiblemente alterado.
La caravana, cuenta el mandatario, saldrá del Parque Central, el 31 de diciembre a las 12 de la noche. “Mi persona y unos cuantos allegados viajaremos en avión hasta Tapachula, los demás que se vayan caminando o que tomen camioneta. No habrá retenes en el camino para evitar altercados y molestas confusiones con los que no tengan visa para entrar a México o a Estados Unidos. Si ponemos todo nuestro esfuerzo, yo creo que estaremos enfrentando el ómicron antes del Día de Reyes. No permitiremos que pase a territorio nacional, se los aseguro, llevamos batallones del Ejército y de la Policía Nacional para que nos apoyen, así como un cargamento de ivermectina. Que todos se vayan a pasear a La Antigua Guatemala y a las playas. Nosotros defenderemos el honor nacional ante todo tipo de amenazas y que Dios bendiga a Guatemala”, concluyó el Presidente, invitando a los presentes a brindar y a celebrar en ocasión de este 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.