El exministro de Comunicaciones, Félix Alvarado habla sobre su renuncia y la visión que tiene del CIV. La entrevista la concedió a Prensa Libre y Guatevisión un día antes de los allanamientos que llevó a cabo el Ministerio Público, el 17 de noviembre, en su residencia.

Después de presentar su renuncia como ministro de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda, Félix Alvarado conversó con Prensa Libre y Guatevisión brindando detalles sobre cómo se manejan las presiones en dicha cartera por parte de contratistas, funcionarios y alcaldes para que se les beneficie con obras.

Alvarado presentó su renuncia el 15 de noviembre último, y esta fue la última entrevista que cedió un día antes de que el Ministerio Público (MP) hiciera un allanamiento en la vivienda del exfuncionario en la zona 15 capitalina, en seguimiento a una denuncia por posible lavado de dinero.

El allanamiento finalizó alrededor de las 14 horas, y según la diputada, Andrea Reyes, que acompañaba al exfuncionario, el MP secuestró el teléfono, la computadora y dos pasaportes de Alvarado. Otro allanamiento por el mismo caso se efectuó en la zona 14.

¿Por qué tomó la decisión de renunciar?

Como lo comenté en la en la conferencia de prensa, por diferencias con el mandatario, pues lamentablemente hay absoluta claridad de qué es lo que necesita pasar, que se puede resumir en esos dos grandes aspectos del ministerio, acabar con la corrupción y hacer la obra pública.

Si hay algo que hicimos fue identificar muy bien cuáles son los problemas en el ministerio y deben resolverse.

¿Qué situaciones deben cambiar en el ministerio?

Encontrar el balance entre esas dos cosas, que se invierta el dinero público y conseguir que la sociedad y los diferentes actores políticos estén tranquilos.

¿Cómo comienzan las presiones en el ministerio de Comunicaciones?

Viene un constructor amigo y le dice al ministro, no tengas pena, yo te hago los estudios de la carretera, solo recuérdate de mí cuando te den el presupuesto para hacerla, asegúrate de que a mí me toque. Entonces, eso comienza a suceder a lo largo de los años, pero cada vez es más y más.

Los constructores comienzan ellos mismos a inducir la demanda de sus servicios a través de brindar los estudios y el apoyo, comienzan a financiar campañas de alcaldes y también eventualmente de diputados distritales. Es así como comienzan a haber diputados que tienen empresas de construcción, y empiezan a sistematizar la forma de influir en el Ministerio de Comunicaciones para a hacer presión. Si eres alcalde, vas con el diputado, si eres diputado, vas con los alcaldes; a los comunitarios los llevas al Ministerio de Comunicaciones para hacer presión. Citan al ministro y a los directores, a los a los viceministros y les dan palo hasta que acceden a hacer lo que se les exige.

Fundamentalmente es que si no me ponen mi tramo carretero en el presupuesto, yo lo voy a interpelar, y le voy a hacer presión.

¿Se sintió presionado de esa manera?

Sí, totalmente, es un sistema de extorsión, no extorsión en el sentido que debe entregar dinero, pero sí es una presión muy específica de trato, quienes convocan predominantemente a citaciones en el congreso son los diputados distritales, porque ellos a su vez están siendo presionados por sus alcaldes y por sus comunidades para cumplir con la construcción de la obra pública. También, si realmente quiero que el ministro me haga caso, simplemente voy a darle unos milloncitos para que me aprueben la carretera.

¿En algún momento le ofrecieron dinero?

No llegamos a eso, creo que ahí están los puntos interesantes, pero no quiere decir que no haya ofertas en todo el sistema. Los contratos de carreteras no son como cuando tú vas y contratas que te construyan una casa o que te quieres comprar una mesa. Los contratos de carretera, por definición, tienen flexibilidad en los montos y tienen flexibilidad en el presupuesto total, por la sencilla razón de que cuando uno va a construir una carretera no sabe lo que se va a encontrar en términos geológicos.

Entonces, puede ser que, como sucedió en la Roosevelt se encuentran un desagüe y ahí se complicó todo, porque no sabían que ese desagüe estaba allí y sucede todo el tiempo.

¿Hay suficientes carreteras en este momento?

Tenemos un déficit tan brutal de carreteras que casi podrías hacer una carretera en cualquier lado y le servirá a alguien, pero los recursos son finitos y deberíamos estar haciendo las que más hacen falta y las que le sirven más a las personas que consideramos que son más necesitadas.

Pero como la cosa no depende de necesidad y tampoco de plan, sino depende de la demanda inducida con insistencia, entonces, terminas con lo que tienes ahorita, un sistema donde tienes estas presiones perfectas en torno al ministerio.

Todo mundo pidiendo su tramo carretero y algunos queriendo tener este negocio millonario bajo control. A medida que el gobierno de Guatemala se vuelve más corrupto, el Estado guatemalteco va estar más cooptado, ese es un problema que se va volviendo más serio.

¿Considera que Covial cumple sus funciones?

El caso de Covial es interesante porque ellos hacen mantenimientos, y se supone que tienen un plan con el mantenimiento de terracerías, se supone que se paga porque esos caminos sean mantenidos en buenas condiciones, pero es una una pésima idea, porque lo que hacen es ir a medio emparejar un camino de tierra y después de la temporada lluviosa vas a tener que hacer exactamente lo mismo.

Hay caminos que tienen algún tipo de acabado que ha sido hecho por la gente de la comunidad, por los alcaldes, pero que de todas maneras todos los años se reportaba como que se les estaba dando mantenimiento de terracería, entonces la supervisión no cuenta nada.

¿Se han invertido bien los fondos que tiene el ministerio de Comunicaciones?

En los últimos dieciséis años, o en los últimos cuatro gobiernos, estamos hablando de más de cien mil millones de quetzales que han sido absorbidos por el Ministerio de Comunicaciones y con los resultados que tenemos es lamentable, porque ni la obra pública, ni el dinero están, son cien mil millones de quetzales.

Quiere decir que en promedio se han gastado más de seis mil millones de quetzales anuales en infraestructura, que es el presupuesto completo que tenía el Ministerio este año. El más grave es el gobierno anterior, es muchísimo dinero sin que tengas lo que estás buscando.

¿Cómo califica al ministerio de Comunicaciones si no cumple con sus funciones?

Lo que hace el Ministerio de Comunicaciones no es obra pública, es corrupción. Lo que hace es financiar a personas por las razones que sean y con los destinos que sean.

¿Se puede hacer obra pública en Guatemala con procesos transparentes?

En Guatemala la obra pública solo pasa si hay corrupción. Es la forma de mover ese motor, la gasolina es el dinero, pero el aceite es la corrupción, es la que hace que el que el dinero fluya, que la obra pase. Entonces, si hay coimas suceden las cosas, se pueden asignar los contratos fácilmente. Si no estás pidiendo o dando coimas, todo se entrampa.

¿En algún momento los contratistas llegaron para ofrecerle dinero?

Nunca hablé con contratistas, pero sí buscaban cómo hablarme. Es muy problemático porque dentro de ese sistema nadie se anima a formalizar una denuncia cuando le piden dinero a los contratistas. Te dicen, la persona me pidió o me ofreció dinero. Pero cuando le dices vamos a colocar una denuncia con esa información, ya no les interesa. Tienes un pacto de silencio entre todos los involucrados, porque es preferible no hacer nada para que la cosa camine, pero para fines prácticos.

¿Por qué hubo varias renuncias de funcionarios en los últimos meses?

En el caso del viceministro Alejandro García fue porque pasó como ochenta y tres días en el Congreso acudiendo a citaciones. Se pasó un tercio de su tiempo efectivo de trabajo en el Congreso.

Estamos hablando del tiempo que tarda en salir del Ministerio de Comunicaciones y llegar al Congreso, sumado el tiempo del regreso, algo totalmente improductivo.