La nutricionista Tamar Samuels ha comparado las bondades de estos dos frutos secos y llegó a la conclusión de que uno de ellos posee más beneficios que el otro. Además, reveló una receta para sacarle el máximo provecho a ambos.
Además de ser ricos en nutrientes y sabor, muchas variedades de frutos secos tienen un efecto antiinflamatorio en el organismo. Las almendras, por ejemplo, están repletas de antioxidantes que tienen propiedades antiinflamatorias. Concretamente, los antioxidantes ayudan a protegernos contra el estrés oxidativo, que es lo que daña las células y aviva la inflamación.
Sin embargo, para Tamar Samuels las nueces son la mejor opción cuando se trata de elegir un fruto seco que tenga efectos antiinflamatorios en el cuerpo.
“Las nueces se distinguen del resto de los frutos secos porque son las más ricas en ALA [ácido alfa-linolénico], un ácido graso omega-3 que tiene potentes efectos antiinflamatorios. Las nueces también son una rica fuente de vitaminas y antioxidantes antiinflamatorios, como la vitamina E y otros fitonutrientes como los ácidos fenólicos, los taninos y los flavonoides”, explicó.
Aunque no se ha investigado mucho sobre las nueces y sus marcadores inflamatorios, la nutricionista se basa en un estudio que ha demostrado que comer nueces a diario puede reducir las concentraciones de varios biomarcadores inflamatorios.
Tomando en cuenta los valores nutricionales de ambos frutos secos, la nutricionista aconseja combinar nueces con almendras, cerezas secas y pequeños trozos de chocolate negro de al menos el 72 por ciento de cacao en una bolsa para obtener un aperitivo súper antiinflamatorio.