Una taza de té caliente se considera como una forma saludable e inofensiva de calentarse cuando hace frío, pero si no se sabe cómo prepararlo puede resultar peligroso para el organismo, advirtió la gastroenteróloga Margarita Arzumanián a Sputnik.
“Existen estudios científicos que han demostrado que las bebidas calientes pueden conducir al desarrollo de cáncer, pueden dañar el esófago o la laringe. Por eso no se debe preparar el té con agua hirviendo y lo bebemos cuando se ha enfriado un poco. Lo mejor es que el té corresponda con la temperatura corporal, puede estar un poco más caliente, a 40 grados, pero definitivamente no debes beberlo hirviendo. Yo recomendaría esperar cinco minutos, para no tener una sensación de que te estás quemando” señaló.
Según la gastroenteróloga, el efecto de calentar el cuerpo con un té es algo más psicológico que físico.
“El té se calienta en el momento: nuestra boca siente la temperatura, nos parece que estamos calientes, pero el estómago no siente el cambio de temperatura. Se trata más bien de un efecto psicológico”, señaló.
Para diversificar la experiencia y hacer que la bebida sea más útil, la especialista recomendó preparar el té con varios aditivos como el tomillo, o simplemente añadir manzanas secas, cáscaras de naranja o canela.