Los ataques comenzaron el viernes 13 de junio, cuando Israel lanzó la operación “Rising Lion” dirigida contra unos cien objetivos en Irán, incluyendo armas, mandos militares y sitios nucleares.
El ataque de Israel fue respondido la misma noche por Irán, cuyas fuerzas armadas lanzaron misiles balísticos y drones. Las respuestas se repitieron entre el 13 y 15 de junio, aunque Israel afirma que sus sistemas de defensa interceptaron la mayoría de los proyectiles.
Los ataques han causado evacuaciones en ambos estados, cierres de espacios aéreos y pronunciamientos internacionales.
Los llamados internacionales se centran en evitar que el conflicto escale con la incursión de otros países.