En Guatemala se requiere un promedio de 2 mil 283 horas para abrir una empresa en el mercado formal. Esto quiere decir que, para cumplir con todos los trámites exigidos por los doce organismos del Estado, son necesarios 95 días, según el Índice de Burocracia de este año, publicado por el Adam Smith Center for Economic Freedom.

Dicho estudio fue presentado el 31 de octubre del 2025 por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), que se encarga de medir el tiempo que las empresas en Guatemala deben dedicar cada año al cumplimiento de los trámites ante distintas entidades estatales.

De esas 2 mil 283 horas, 1 mil 337 se destinan a trámites generales, es decir, obligatorios independientemente de la actividad productiva. Por otro lado, 1 mil 70 horas se emplean en trámites específicos, dependiendo del tipo de actividad económica.

Esto significa que, en promedio, una mediana empresa en Guatemala dedica más de mil horas al año a cumplir con las exigencias burocráticas, lo que equivale a 42 días continuos o 127 jornadas laborales de ocho horas, según Sigfrido Lee, investigador asociado al Cien y responsable de la investigación.

¿Por qué no se ha avanzado?

En el 2021, en el país se aprobó la Ley para la Simplificación de Requisitos y Trámites Administrativos, con el objetivo de agilizar los procesos institucionales mediante la simplificación y digitalización de los trámites necesarios para operar formalmente.

A pesar de estos esfuerzos, Guatemala ocupa el puesto 15 entre 21 países evaluados dentro de dicho índice. Esto, según Lee, se debe a tres factores principales:

  • Falta de continuidad. Se desarrollan mejoras en ciertos trámites, pero luego se abandonan, lo que provoca retrocesos o estancamientos en los procesos.
  • Problemas de integralidad. “No basta con mejorar un trámite si los demás permanecen iguales”, señaló Lee, quien argumentó que el proceso de inscripción de una empresa es tan eficiente como su trámite más lento. Es decir, aunque algunos procedimientos tomen 24 horas, si otros duran hasta seis meses, la industria no puede comenzar a operar.
  • Transformación digital. El investigador indicó que, aunque se solicitó digitalizar los procesos, en algunas instituciones solo se subieron formularios a una página web. Esto significa que no se eliminaron requisitos innecesarios ni se simplificaron los trámites. “En la mayoría de casos solo se digitalizó el mismo formulario en PDF; eso no es transformación digital”.

Si en los próximos meses se avanza en estos tres aspectos, Lee afirmó que podrían reducirse de forma sustancial los tiempos y la burocracia, siempre que exista liderazgo y una visión integral de todos los procesos.

Sectores evaluados

Para la elaboración de este índice, se centraron en el análisis de medianas empresas de tres sectores específicos: el sector primario, que abarca las actividades de agricultura, ganadería, caza y silvicultura; el sector secundario, representado por la industria manufacturera; y el sector terciario, que incluye el comercio al por mayor y al por menor, así como el mantenimiento y la reparación de vehículos automotores y motocicletas.

De estos tres sectores, Lee destacó que el primario requiere, en promedio, un total de 2 mil 687 horas para abrir una empresa, siendo el que más tiempo demanda para formalizar una operación.

En el caso del sector secundario, de industria manufacturera, el tiempo acumulado asciende a 2 mil 337 horas. Por su parte, el sector terciario requiere 2 mil 407 horas para la apertura de una empresa, según los datos presentados por Lee.

En los dos primeros sectores, los trámites más tardados son los específicos, es decir, aquellos que dependen de cada actividad económica. Para el sector terciario, el trámite más prolongado es la inscripción en entes nacionales, con un total de 1 mil 222 horas, detalló Lee.