Depende el candidato que resulte electo, el gobierno de Guatemala, la sociedad civil y el empresariado verán cambio de matices en la agenda, adelantan expertos.

La política exterior de Estados Unidos está fijada bajo principios sustentados por los propios valores de la nación, por lo que se mantendrá en los términos más generales independientemente cuál candidato sea electo. Sin embargo, los matices y prioridades son las que sufrirán cambios en una nueva administración, y los países de la región deben de ajustar también su relación con el país norteamericano para reforzar las alianzas bilaterales, según indican expertos en el tema.

Con Kamala Harris, la candidata demócrata, si bien se espera una continuidad de la administración de Joe Biden, medios internacionales advierten que algunos matices podrían ser distintos debido a lo que impulsa en sus discursos y las posturas que ha mantenido como vicepresidenta.

Referente a la política exterior se espera que Harris gestione una guerra más amplia en el Oriente Medio con el apoyo a Israel; ayudar en la defensa de la soberanía de Ucrania y prevenir un conflicto directo con Rusia; así también mantener la postura de oposición frente a la influencia de la República Popular de China en el Indo-Pacífico. Según medios internacionales, se espera que lidere una política global.

Por el otro lado está la oferta republicana en la figura de Donald Trump, que apunta a una política exterior aislacionista con la que podría ser más severo con las restricciones hacia China continental que incluya energía, tecnología, telecomunicaciones, recursos naturales y suministros médicos. El candidato y expresidente ha mencionado que le «pondrá fin» al conflicto entre Rusia y Ucrania, además está la relación con Corea del Norte, que cuando fue presidente buscó una «desnuclearización completa, verificable e irreversible”. Con Trump se espera la continuidad a ese tipo de acciones y que retome algunas otras medidas que fueron retiradas luego que dejó la Casa Blanca.

Referente a los conflictos mundiales, si Trump resulta electo podría retirar los apoyos en Ucrania, porque el candidato se caracteriza por alejarse de las posiciones mundiales y enfocarse solo en Estados Unidos, como lo considera el internacionalista catedrática de la Universidad Rafael Landívar, Gustavo Marroquín.

«Sería interesante ver qué tanto se retraería Estados Unidos a nivel mundial, porque hay países como Corea del Sur, Taiwán o incluso Japón que caen dentro de ese paraguas de seguridad que brinda y en el caso radical que Estados Unidos se contrajera. Si decide cerrar sus bases militares en esos países, en el caso de Corea del Sur no sería descabellado pensar en una nueva invasión de Corea del Norte, y en el caso de Taiwán, pues le dejaría abierto una potencial anexión de Taiwán a la a China continental», exploró el internacionalista.

Siguiendo esa lógica, el regreso de Trump a la presidencia en la región centroamericana podría abrir también las puertas a que China tenga más incidencia por una relación más «relajada». Recordó que en el caso de El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, que han estrechado lazos con China, no es extraño esperar que cobre más relevancia si el país norteamericano llega a aislarse en la región.

Jahir Dabroy, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), expone que habría que esperar que posición podría llegar a tener Trump respecto a la presencia de China y Rusia en la región centroamericana, y que esté como observadores en el Parlamento Centroamericano.

En Guatemala

En lo que concierne a Guatemala, Dabroy comentó que se espera que haya una continuidad si Harris es electa, pero advirtió que algunos matices en el abordaje de las prioridades de la relación bilateral sí podrían tomar otro rumbo. Resaltó que en sus discursos mantiene una tendencia más inclusiva y que en la agenda posiblemente se incluyan más temas de medioambiente, género y diversidad sexual.

Con Trump, las prioridades se centraría en la seguridad fronteriza y relaciones económicas, siguiendo líneas más unilaterales para el beneficio de Estados Unidos, es decir, menos inclusiva.

«Cuando estuvo Trump como presidente muchas agencias de cooperación internacional que reciben fondos del Estado tuvieron reorientaciones en su gestión presupuestaria y en los temas que iban a estar apoyando, así que de una u otra forma sí viene a tener incidencia sobre sobre nosotros», puntualizó Dabroy.

En ese escenario, el gobierno guatemalteco tendría que reajustar la agenda a la seguridad nacional, el combate al narcotráfico y la migración, desde una mirada de la seguridad, decisión que causará también que se reorienten las líneas de trabajo del Ejecutivo para lograr cumplir con el plan de trabajo. La sociedad civil de la misma manera tendría que modificar los planes de acción, mismo caso que podría suceder con el sector privado que colabora con el gobierno y agencias estadounidenses.

«De una u otra forma puede existir un cambio en la forma de entender los negocios entre Estados Unidos y Guatemala, con todo y los tratados de libre comercio, pero hemos visto, por ejemplo, las presiones que en su momento tuvo México con temas de tarifas arancelarias», ejemplificó.

Marroquín opinó que el gobierno guatemalteco, con uno u otro candidato, debe de ajustar prioridades para obtener el mayor beneficio posible, sin importar si es la seguridad fronteriza, fortalecimiento de fronteras o los flujos migratorios.

«En el escenario de Trump sí podría haber algunas limitaciones en recursos a la hora de luchar contra la corrupción, no es el caso si gana Harris, donde podríamos ver que sea más flexible y probablemente se continúe con el canal de financiamiento a distintos programas de fortalecimiento gubernamental en Guatemala», describió.