Las lluvias que han caído en el país en los últimos días han provocado serios daños en el país, situación que amenaza con complicarse para el reto del año.

Las lluvias que se han registrado en el país en los últimos días superan los niveles normales para junio. Según el Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático (ICC), las precipitaciones que han caído en la costa sur desde el domingo 16 de junio y que se esperan hasta el jueves 20 de junio equivalen a lo que debería llover en todo el mes. Mientras que en el resto del país los acumulados también serán más altos de lo habitual.

La semana inició con condiciones inestables y no se descarta para los próximos días la formación de algún sistema tropical en el Golfo de México o en las costas entre México y Guatemala en la zona del Pacífico, según César George, pronosticador del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh).

Pero independientemente de esto, en la semana las precipitaciones serán intermitentes y tendrán mayor presencia del sur al centro del país. Los acumulados de lluvia amenazan con crecidas de ríos, inundaciones, deslizamientos de tierra, deslaves, derrumbes y lahares en la cadena volcánica.

Alex Guerra, del ICC, indica que la cantidad de agua que caerá en estos días causa alarma. “Nos preocupa porque hay suelos sin cobertura por culpa de los incendios forestales, y la lluvia lava ese terreno y pueden ocurrir deslaves”, refiere, lo que impacta no solo en la agricultura sino que causa un mayor deterioro de la infraestructura.

 

El primer semestre del 2024 se convierte en uno de los más secos registrado hasta el momento, con temperaturas extremas, lo que provocó estrés hídrico y térmico en los cultivos, y con ellos pérdidas en la agricultura.

Pero en el otro extremo, septiembre y octubre serán los meses con mayor cantidad de precipitaciones, además, de que se prevé la formación de huracanes por arriba de lo normal. Cuando en el Atlántico el promedio son 14 de estos fenómenos, para este año se espera alrededor de 22.

“Será un año de extremos, de sequía en los primeros meses y luego de lluvias intensas”, agrega Guerra, un panorama que no se percibe para nada alentador.  

Sin embargo, Claudinne Ogaldes, secretaria Ejecutiva de la Conred, descarta que se declare una alerta roja o un estado de calamidad por los desastres registrados, pues el “invierno” está comenzando y para llegar a ese punto se tienen que sobrepasar las capacidades de atención a la población o de los recursos a nivel nacional, lo que no ha sucedido. Por ahora el país está en alerta amarilla.

Lluvias en exceso

Este escenario evidencia la vulnerabilidad del país ante condiciones climáticas extremas. Según Alejandro Maldonado, ex secretario ejecutivo de la Conred, esto no es nuevo, sino consecuencia de los efectos del cambio climático global, y se puede esperar que cada año el impacto y los daños sean mayores en el país.

Tomando en consideración esa vulnerabilidad señala que es importante implementar medidas de mitigación, pero también de adaptación a los cambios del clima.

“Es incuestionable que Guatemala viene sufriendo un proceso de pérdida de capacidades en áreas como los sistemas de alerta temprana a nivel comunitario, los cuales ya se tenían. A esto se suma que a la infraestructura no se le ha dado el mantenimiento adecuado”, refiere Maldonado.

Agrega que es necesario que la gestión de riesgo se aborde de manera integral y que sea un eje transversal en las políticas de Gobierno, pues es un tema que no se puede “divorciar” del funcionamiento cotidiano del país, y que permitirá alcanzar los Objetivos de Desarrollo.

Guatemala tiene la Política Nacional de Reducción de Riesgo a los Desastres, sin embargo, a criterio de Maldonado se ha quedado en el papel, y es necesario pasar a la práctica para mermar la vulnerabilidad del país, pero lograrlo requiere de voluntad política del Ejecutivo y del Legislativo, pero también de las autoridades municipales, y que haya acciones concretas.

“Si no implementamos medidas de prevención y de preparación tendremos que sufrir las consecuencias”, dice el experto, pero esto debió abordarse desde meses atrás, cuando ya se sabía que la temporada de lluvia sería intensa por la presencia del fenómeno La Niña.

Días de lluvia

Las copiosas lluvias de los últimos días, como producto del paso de una onda del este, han ocasionado el colapso en la red vial, el desborde de ríos, hundimientos, deslaves, caída de árboles, daño en infraestructura, afectando a más de 1.3 millones de personas, según la Conred.  

A criterio de Maldonado la falta de mantenimiento es parte del problema, pero también la corrupción en la ejecución de las obras, pues estas no cumplen con los lineamientos y normas de reducción de desastres.

“Cuando hablamos de este tipo de desastres se estiman dos valores: el daño, que es el valor de la infraestructura que resultó afectada, pero luego tenemos que considerar la pérdida, que se da cuando las mercancías no pueden circular, cuando los productos perecederos se pierden, cuando la población no puede transitar; tenemos, entonces, un impacto económico terrible para la economía del país”, afirma. 

Según la Conred, hay más de mil personas en riesgo y se ha evacuado a cerca de 5 mil durante la temporada de lluvias 2024, por encontrarse en zonas vulnerables. En este punto Maldonado indica que la falta de ordenamiento y planificación territorial por parte de las municipalidades mantiene a estas poblaciones en espacios inseguros.

De no implementar medidas de prevención y mitigación de desastres, el impacto negativo para Guatemala, ante las condiciones climáticas extremas, será cada vez mayor. Es una espiral negativa de la que el país no ha logrado salir.

“Cada impacto nos hace aún más vulnerables y eso implica consecuencias más severas y un impacto más duro. Sí continuamos con esta espiral es imposible que Guatemala alcance sus Objetivos de Desarrollo”, agrega.  

Asistencia

La Conred indica que hasta el 17 de junio se repartieron 229 raciones a familias de Alta Verapaz, Escuintla, Huehuetenango, Petén y Quetzaltenango afectadas por las lluvias. Estas incluyen aceite, arroz, azúcar, café, frijol negro de grano, harina de maíz y soya, harina nixtamalizada y sal. El alimento alcanza para cubrir cinco días en un hogar de cinco personas.

Por otro lado, como ayuda humanitaria también se ha entregado colchones, frazadas; kits de cocina, de higiene familiar y de limpieza, así como cubetas purificadoras de agua. 

Hasta el 13 de junio pasado, según el presidente Bernardo Arévalo, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) tenía 88 mil 734 raciones de granos básicos -maíz, frijol y arroz-, como parte de la Reserva Estratégica de Granos Básicos, para entregar a población que requiera ayuda alimentaria por la emergencia de las lluvias.