El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) aún no tiene los resultados de los estudios que le practicaron a la joven Maryori Yuman, quien murió luego de asistir a una fiesta en la casa del diputado del partido Vamos Carlos Calderón. Sin esos resultados, aún no pueden concluir cuál fue la causa de muerte de la joven de 20 años.
Se consultó al Inacif sobre el motivo de la demora y señalan que son los procedimientos habituales y que esos estudios tardan de días a semanas. Fuentes cercanas al caso indican que al parecer no hay reactivos para algunos procedimientos.
La mañana del 1 de noviembre, los técnicos en manejo de escena del crimen hallaron el cuerpo de Yuman, recostado boca abajo, en el jardín del condominio San Rafael, en carretera a El Salvador.
El caso de Yumán está bajo investigación en la Fiscalía de Femicidio. Las personas que estuvieron en la fiesta ya fueron entrevistadas por la fiscalía y aportaron una muestra de sangre para que se hagan cotejos de ADN si es necesario, de acuerdo con la fuente que pide no ser citada.
Yuman llegó al apartamento del diputado para continuar con la fiesta de Halloween. El diputado dijo a los investigadores que el apartamento era suyo y permitió que recolectaran evidencias.
En un comunicado, el diputado Calderón lamentó la muerte de la joven y aseguró que colabora con la investigación pese a que goza del derecho de antejuicio.
Reactiva su imagen
El diputado asiste de forma regular al Congreso y se ha embarcado en una campaña mediática por las reformas a la Ley de Alimentación Escolar. Ha publicado videos en Twitter en los que aparece rodeado de niños, en la zona 5 capitalina, y dice “aprobamos el presupuesto de 2023” con los que se asegura que se destinarán Q4 diarios para la alimentación de cada estudiante.
Oficina en EE.UU
Una investigación de elPeriódico reveló que el diputado Carlos Calderón tiene una oficina de trámites frente al Consulado de Los Ángeles, California, Estados Unidos. Uno de los cinco servicios que ofrece es la emisión de partidas de nacimiento por US$40. Los migrantes guatemaltecos pagan seis veces más de lo que cuesta en la sede consular.